Reconocimiento en el CIMA

Hace un tiempo un aspirante a Controlador me preguntó como era eso del Reconocimiento médico. Debía llevar yo un pedete lúcido o estar especialmente inspirado porque le contesté de un tirón.

Hace unos días me contestó, disculpándose por no haber podido recuperarse antes del ataque de risa producido por mi mensaje. Yo lo he repasado y no veo en él nada que no se ajuste exactamente a la realidad. Los que tenéis experiencia en estas cosas leerlo y decirme si exagero.

El reconocimiento médico incluye una declaración de enfermedades padecidas (una de las pruebas mas duras, a ver como leches te acuerdas de si has pasado la escarlatina, tosferina, paperas...) y ¡ojo! porque justo cuando acabas de rellenar los interminables impresos de preguntas te largan el bote de muestras y si has sido impaciente y has pasado por el servicio, ¡a ver como lo llenas!.

Claro que si no has pasado, figúrate: preguntas difíciles y tu, meándote vivo. Según llegas con la orina en la mano, te suben la camisa, te hacen un torniquete y empiezan a chuparte la sangre, eso si, muy amablemente te sugieren que mires a otro lado, no te vayas a marear. Aunque solo te sacan unos centímetros cúbicos a ti te parece que ese día el quirófano necesita transfusiones y te han tomado por un donante.

Después de esta comprometida situación pasan a examinarte la vista. Ahora ya no te hacen la gracia aquella de echarte unas gotitas y dejarte el resto del día fotofóbico y con la vida color amarillo pero el número de maquinitas por las que te pasan es bestial. Ni una sola opción a ocultar media dioptría. Luego esta el librito de los colorines. Venga circulitos!, unos llevan números de un tono cuasi indiferenciable, otros no...y la visión estereoscópica. Te enseñan una foto de una mosca a tamaño bestial y te dicen ¿que es?. Y tu dudas, porque piensas: "no puede ser tan fácil, joder, con lo grande que es, no se referirá a la mosca..." Pues si: es la madre de todas las moscas.

Y al Otorrino. Después de inspeccionar tus agujeros menos eróticos, aporrearte con diapasones y meterte en una símil cápsula espacial con un botoncito y unos auriculares por los que hay que oír unos pitiditos a cada cual mas tenue, te plantan encima de una máquina que tiene una baldosa y te dicen que esperes y cierres los ojos. Mientras te balanceas intentando pensar en algo agradable oyes unos chasquidos y cuando abres los ojos te miran con cara de asombro. Resulta que es la prueba de equilibrio y no tenias que balancearte porque ha salido que o eres un beodo o has llegado arrastrándote por todo Arturo Soria.

Aunque es posible que alguien se empeñe en verte los huevos e incluso en tocártelos físicamente (moralmente te los llevan ya tocando toda la mañana) no tienes nada que temer: la exploración rectal a tu edad no es usual.

El traumatólogo empieza mirándote los pies y luego la espalda, no vaya a ser que en el Centro de Control te tengan que poner una silla especial. Al final, un par de figuritas de contorsionista y a correr.

Presión arterial, flexiones, pulso y...al electrocardiograma. Es asqueroso: te pringan con una pasta gelatinosa y te ponen ventosillas con cables por todo el cuerpo. Como el tema impresiona, el pulso se dispara, el corazón te late fuerte y tu piensas: "voy a salir que estoy infartado", empiezas a sudar y entonces caes en la cuenta cuantos habrán sudado las ventosillas del demonio. No te meas encima porque no te queda ya ni una gota, pero de pura desesperación te viene una calma que permite a la máquina aseverar que no llevas un alien en el pecho. Te limpias la pasta pringosa jurándote que en cuanto llegues a casa te vas a duchar con algo fuerte y pasas a la radiografía. Si no fumas vas tranquilo, pero si eres fumador temes que se te va a ver un paquete en cada pulmón.

En semejante estado de ánimo te coge el loquero y empieza a hacerte preguntas capciosas. Tu tranquilo, sobre todo no te exaltes, en caso de duda mejor pasar por alelado que por sanguíneo: respira, cuenta hasta cinco y responde la primera gilipollez que se te ocurra, en cinco minutines te deja en paz y sigue con otro.

Por fin tienes todas las crucecitas en el papelín y puedes salir de allí corriendo.

Bueno, yo pase mi primer CIMA hace la friolera de 25 años y paso reconocimiento médico anual. He sobrevivido a todo el Cuerpo de Sanidad del Aire y a parte del de Sanidad Militar, así que si eres un muchacho razonablemente sano, no tienes nada que temer. Lo de probar la cámara hiperbárica y la centrifugadora lo dejan para los astronautas. Es incluso posible que alguna de las pruebas que te he relatado no se incluyan en el reconocimiento para controlador civil. El reconocimiento tiene por objeto comprobar que si sobrevives a él, podrás mantener la calma en cualquier situación de tráfico aéreo por congestionado que esté.

¡SUERTE!.


Real como la vida misma, ¿o no?

Hasta pronto, Roberto Plà Aragonés


Este es uno de los textos que mas ha gustado entre los que he escrito. Me han felicitado innumerables veces y me han repetido que es desternillante. Aunque yo me divertí mucho escribiéndolo, puedo garantizar que corresponde exactamente a la realidad tal como yo la recordaba veinticinco años después de haber tenido mi primera experiencia en el CIMA.

Se publicó por primera vez como un mensaje en la lista de Aviación Militar el día 13.07.2000 y fue reproducido en las 'Noticias' del Portal Aeronáutico de la Asociación Aire el 21 de noviembre de 2003.