Una hora menos

Asi estamos, a una hora menos de casa. Es decir, en Canarias. Beatriz, nuestra hija, se cambia de casa y de isla el mes que viene y hemos venido a cumplir con el ritual de visitar su casa. Porque a las madres, si no comparten detalles como estos con sus hijas, les parece que las han perdido y una madre no puede permitirse perder una hija.
Asi que esta es la finalidad del viaje de fin de semana: la identificación de la que ha sido la casa de mi hija en Tenerife, para que cuando le hable a su madre del «balcon que tenía en Tenerife», su madre sepa exactamente a que se refiere.

Madre e hija

Bases de referencias comunes, conocimiento compartido, mismo lenguaje y claves no hacen el amor sobre el que se construye una familia, pero suponen un apoyo y una referencia muy importante sobre la que construirlo.
Quizás se sobre valora el factor de la sangre. Aunque como digo muchas veces «la genética no perdona», este factor de similitud genética no es determinante. A veces, como en el magnetismo, los polos iguales se repelen.
Vemos en nuestros hijos nuestros mismos defectos. Y lo que es peor, intentamos corregirlos en ellos cuando a veces aún no hemos conseguido corregirlos en nosotros. Siempre he tenido claro que era lo que más me preocupaba de mis hijos: lo mucho que se parecen a su padre. Nadie como yo conoce mis defectos y mis debilidades, los problemas que me han causado y lo difícil que ha sido superarlos, en los casos en que puedo decir que lo he conseguido…
Querríamos crear un escudo con nuestra experiencia que les protegiera de los golpes de la vida y cuesta mucho asumir que los golpes les van a enseñar más que nuestra protección, así que solo podemos quedarnos ahí mirando por si hay que recoger los trocitos o poner algo en las heridas, como cuando eran pequeños les poníamos una tirita o un poco de mercromina, con efecto más psicológico que terapéutico.
Quizás el secreto consiste en que en vez de preocuparnos por ejercer adecuadamente de padres, simplemente deberíamos dejarnos llevar y disfrutarlo. O quizás es que solo podemos disfrutarlo cuando consideramos que ya no tenemos que esforzarnos en ejercer de tales.

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4 respuestas a Una hora menos

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  2. inokua dijo:

    Jo! que «potito»! me vas a hacer soltar la lagrimita! ;)

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  4. Roberto Pla dijo:

    Y eso que he puesto ‘mercromina’ y no ‘algodón detrás de la oreja’….:-)

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