25 años no son nada

Caminante son tus huellas
El camino nada más;
caminante no hay camino
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Antonio Machado

Hoy hace 25 años que me casé. Podría decir que son 25 años felizmente casado, pero el concepto de felicidad es algo difícil de capturar en unas palabras y lejos del absoluto de perfección que la palabra sugiere, la felicidad es una sucesión de estados de bonanza imperfecta. Cuando estas imperfecciones no turban la alegría ni matan la ilusión, se puede decir que se es feliz y en ese sentido yo creo que lo soy.

De la misma forma aseguran que el enamoramiento es una alteración de los sentidos, casi un síndrome que viene a durar unos dos meses, pasados los cuales cualquier relación que se mantenga debe basarse en otros argumentos más sólidos.

Yo no voy a intentar pasar por mas listo o más enterado sobre los temas de la vida que todos aquellos que pontifican sobre la misma. Solo tengo la pequeña experiencia de veinticinco años de convivencia y no me parece que sea mucho. Si ellos dicen que no puede ser que esté enamorado, ¿para qué contradecirles?, las palabras no son importantes en este caso y los sentimientos son difíciles de expresar con palabras.

Y también son difíciles de expresar con hechos, puesto que en las obras somos aún mas imperfectos que en las palabras o en las ideas. A pesar de todo, resulta que Mercedes quiere cada día seguir intentando cultivar esas parcelas de perfección conmigo. Eso me hace razonablemente feliz y me tiene empeñado en intentar que ella también lo sea.

Total solo llevamos veinticinco años intentándolo y como todo aquel que los ha vivido sabe, veinticinco años no son nada.