Bueno, después de escribir los artículos sobre la Navidad está claro que lo que quería era ‘acabar de una vez por todas con la Navidad’ o al menos con la forma en que mucha gente entiende la navidad.
Yo no estoy en contra de la paz el amor y la familia, que se supone que es el objeto de estas fiestas. Estoy en contra de que esa devoción por tan reclamados valores se haga de una forma hipócrita, falsa y limitada. No hay que ser buenos en Navidad, hay que intentarlo todo el año. Ser buenos padres no tiene nada que ver con darles caprichos a los hijos bajo el disfraz de los Reyes, las tradiciones no tendrían que servir de excusa para comprar compulsivamente, en definitiva a mi lo que me fastidia es la «tontuna» de la Navidad, la dulzura empalagosa de decorado de pelicula barata como las que se hartan de poner en la televisiones por estas fechas.
Naturalmente no pretendo ser perfecto ni dogmático y muchas veces me sorprendo atrapado en estas mismas estupideces navideñas, por costumbre, por respeto a los que me rodean, por debilidad y pocas ganas de discutir y otras -reconozcámoslo- sencillamente porque me gustan.
Por ejemplo me gusta encontrar una excusa para llamar o enviar una felicitación a mis amigos. Lo hago con una pizca de remordimiento pensando que podría hacerlo más a menudo y contento cuando son los amigos los que me felicitan, por saber de ellos aunque sea de año en año.
Una buena amiga me decía en su felicitación de este año: «Los amigos son como las estrellas, aunque a veces no las veas, sabes que están ahí». Gracias Nuria. Creo que hay otra vuelta que dar a este símil y es que aunque las estrellas salen cada noche, hay muchas noches que no miramos al cielo y deberíamos mirar más a menudo.
Entre todas las felicitaciones que he recibido este año he elegido para ilustrar este texto la de otro buen amigo, Francisco Moreno. La he escogido porque tiene varias de las cosas que me gustan en lasfelicitaciones de navidad: Un texto personl, no simplemente el estereotipado ‘Feliz Navidad’ y un trabajo personal y original ya que la felicitacion es una acuarela pintada a mano en la postal por el propio Francisco, que es un gran artista que me ha enseñado muchas cosas sobre el grabado y la pintura pero cuya maestría en esta técnica es difícil de alcanzar.
Asi que quiero darle las gracias a él y a muchos más amigos, incluso a aquellos que son tan despistados como yo y se olvidaros de felicitarme, e incluso a los que yo mismo me olvidé de felicitar. A todos, muchas gracias por estar ahí, no en Navidad, sino todo el año.