Chinos en la pantalla

¿Cuantas veces nos ha pasado que al intentar inspeccionar un documento nos hemos encontrado un puñado de caracteres ininteligibles en el espacio en el que debería aparecer información congruente?. Pues esos son los ‘chinos’ de la pantalla. El calificativo trata simplemente de explicar de una forma gráfica lo de «caracteres ininteligibles», osea que se entienden tanto como el chino para la mayoría de los españoles.

chinos

La causa trivial del fenómeno es un error detectable, como por ejemplo abrir una imagen con un programa de proceso de textos, o estar usando directamente un examinador de archivos que intenta presentar como caracteres imprimibles el contenido de un archivo binario. Lo peor de los chinos de la pantalla es cuando desconocemos su motivo, su origen y sus pretensiones. ¿Por qué aparecen de pronto estos chinos en mi vida? ¿Qué he hecho yo para merecer esto?.

Hay personas que viven más o menos felices en su ignorancia, o al menos pueden refugiarse en ella para hacer innecesaria una explicacón: «Cosas de la informática«. Y a otra cosa. Pero cuando uno tiene por costumbre creer que conoce la explicación de la mayoría de los procesos que se desarrollan en su ordenador o, al menos, una idea general o aproximada de los mismos, reconocer que no tiene ni la menor idea de por qué pasa algo es tan doloroso como reconocer que te han engañado como a un chino.

Cuando los chinos nos asaltan procedentes de los procelosos mundos de la red, el dolor se adereza con la inquietud. ¿Será un fallo del servidor http? ¿Será un ataque cibernético?. Cuando el fenómeno ocurre en tu propio proveedor de alojamiento y son tus propiás páginas las que se sirven destrozadas como cerdo agridulce, la inquietud da paso a la desesperación.

Entonces viene el remover la configuración del gestor de contenidos, revisar los posibles errores de Apache o de compatibilidad de versiones de php, imaginar las mil y una causas de tanta desgracia y tocar aqui y allá y vaciar todas las cachés para asegurar que los chinos vienen de nuevo de la fuente inagotable de chinos y no se habían quedado agazapados en el aparcamiento de nuestro disco duro.

Y cuando al fin desaparece el fenómeno no descansa uno tranquilo, quisiera estar seguro de que acción ha detenido el torrente del caos y ha dado congruencia a las páginas de la web, pero esto no es siempre posible y la indeterminación duele como una lección de humildad. Y la inseguridad se queda agazapada en un rinconcito de nuestra mente para seguir dándole zarpazos a nuestro ego en los momentos más inoportunos e insospechados.

Ver que los grandes tienen los mismos problemas no consuela nada. Que la página de Hispalinux me aparezca repleta de chinos no me soluciona nada. Sigo sin saber donde está el error: en el servidor, en el protocolo, en los pasos intermedios, en el maldito proxy-cache, en mi ordenador, en el cliente web o …quizás es una alucinación de mi mente, que ha enfermado sin haberlo notificado a mi yo consciente.

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