Museo de la Ciencia

El sábado por la mañana decidimos ir al Museo de la Ciencia “Leonardo da Vinci”. Habíamos leído en algún sitio que era uno de los mejores del mundo y realmente no se trata de una exageración.

El museo se encuentra cerca de la basílica de San Ambrosio, patrón de la ciudad. Nos fuimos en metro hasta aquella estación y encontramos el Museo sin mucha dificultad.

La primera impresión que da es que se trata de un espacio inmenso y la segunda que no sabe uno por donde empezar. El pequeño folleto que te dan a modo de guía del Museo, exclusivamente en italiano e inglés, sugiere un orden de visita de los edificios así que decidimos seguirlo.

En las primeras naves encontramos salas dedicadas a la orfebrería, acuñación de monedas, vehículos de transporte diversos,…al llegar a las máquinas de escribir me acordé de mis amigos del Museo de Figueres y les hice algunas fotos a las que me parecieron mas extrañas. También había alguna máquina de coser, pero pocas. Los relojes, sin embargo tenían dedicada unas salas muy bien presentadas y a continuación vimos otras dedicadas a los instrumentos de música y su fabricación, con la reconstrucción de un taller de construcción de violines.

Después de pasar por una sala, más bien un ancho pasillo, con maquetas de las máquinas inventadas por Leonardo, llegamos a la sala de la Astronomía donde había un péndulo de Foucault, aunque no tenía testigos que mostrasen el cambio de orientación de su plano de oscilación, como en el caso del que hay en el Museo de la Ciencia de Barcelona.

De alli pasamos a la sala de la tecnología del audio, desde el fonógrafo a los reproductores MP3. Pero lo que merece una mención especial es la sala de las telecomunicaciones. Además de una primera sala con una exposición de diferentes sistemas de comunicación desde el telégrafo óptico a la fibra óptica pasando por el telégrafo y la radio, existía otra sala aún más grande con demostradores interactivos destinados a comprender el funcionamiento de las telecomunicaciones.

Había una sala dedicada a Leonardo que estaba parcialmente cerrada y los quince laboratorios de biología, genética, robótica y otras materias, con que cuenta el museo le hacían desear a uno ser niño para poder ir de visita con el colegio.

Finalmente llegamos a la parte dedicada a la aviación. El numero de aviones expuestos no es muy grande, como es normal en un museo que no es específicamente de aviación, pero es sin embargo representativo. También tienen una buena colección de motores de aviación y cabe destacar la sección de alas giratorias que incluye un autogiro La Cierva C-30 con registro I-CIER y una reproducción a escala real del helicóptero D’AT3 diseñado por Corradino D’Ascanio, así como un chasis de helicóptero donde los niños pueden subirse y comprobar el funcionamiento de los mandos del helicóptero.

Salí de allí cansado y feliz no sin antes pasear por los andenes del hangar dedicado al ferrocarril con unos ejemplares impresionantes de máquinas de vapor.

Aprovechando que estábamos alli cerca, visitamos la Basílica de San Ambrosio, bastante antigua y que contiene numerosas obras de arte.

Por la tarde, después de una merecida siesta, dedicamos un rato a las compras, las mujeres de ropa y nosotros a la búqueda de un libro sobre el helicóptero de Corradino D’Ascanio que creí encontrar aunque luego me daría cuenta que en realidad había encontrado otro libro sobre el mismo tema.

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Una respuesta en “Museo de la Ciencia

  1. Jaume Canals dijo:

    ¡Hecho!
    Hacemos ver que somos de una escuela, nos hacemos pasar por niños y vamos con visita concertada a la sala dedicada a Leonardo para practicar en los quince laboratorios de biología, genética, robótica y otras materias…
    ¡Que chulada!

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