Albunes de Fotos

Como casi siempre a primeros de mes el blog se atasca porque tengo que escribir mi artículo para Revista de Aeronáutica. Este mes se añade otro articulo que tengo en preparación y la cosa ya roza el estrés.

El caso es que estaba montando un álbum de fotos con Mercedes de nuestro viaje a Nueva York y también se ha quedado detenido.

Un álbum de fotos es algo práctico. A través de internet puedes compartir las fotos con la familia o amigos en la otra punta del mundo, pero cuando vienen amigos a casa no es cuestión de sentarlos alrededor del ordenador para ver fotos. El álbum puede pasar de mano en mano y no interrumpe la conversación ni fuerza a nadie a ver las fotos que no le interesan.

Lo de los álbunes ya llevábamos pensándolo hace tiempo, pero hasta hace poco no hice la prueba. Para el cumpleaños de Mercedes le regalé dos albunes, uno hecho en Fotoprix y el otro en Hofmann.

Albunes digitales

Habia hecho algun intento fallido con el software de Hofmann y había visto algún álbum bastante majo hecho por Luis Marín, probé el software de Ros Fotocolor y era sencillamente horrible, no sé si habrán cambiado, la verdad es que se me quitaron las ganas de volver a probar.

Al final he llegado a la conclusión de siempre: ningún programa lo tiene todo y todos tienen aspectos muy mejorables.

El aspecto de los álbunes de Hofmann es mucho más lujoso, aunque Fotoprix también tiene la opción de Album acolchado, elegimos el de papel couché y la conclusion es que el de Hofmann puede quedar bien para un regalo, pero el de Fotoprix es mucho mas manejable para almacenar ya que ocupa una tercera parte que el otro en la estantería.

En cuanto al uso del programa cuando te acostumbras, con los dos programas es bastante sencillo montar un álbum (no recomiendo a nadie la opción de hacerlo ‘automáticamente’).

En el programa de Hofmann hay más opciones como contenedores ovalados y sombras en los márgenes. Aunque en ambos se pueden modificar, en Hofmann el número de plantillas prediseñadas es mucho mayor. Sin embargo tiene un grave defecto que consiste en que las páginas no pueden cambiarse de orden y cualquier añadido debe hacerse al final, algo terrible si descubres que te dejaste un grupo de fotos por incluir o quieres dedicar más espacio a un tema al llegar al final del album. Este programa a diferencia del de Fotoprix permite inclinar los contenedores de la foto para que aparezcan inclinados, pero sin embargo no permite traer una foto al frente para que quede por encima de las demás, algo que si se puede hacer en el otro. En ninguno de los dos se pueden pasar objetos (imágenes o textos) de una página a otra o aplicar operaciones a grupos de objetos ni usar el portapapeles para reproducirlos.

Por otra parte el album de Fotoprix o el software que permite crearlo tiene un diseño de portada algo pobre ya que no permite poner una foto propia cubriéndola completamente y además obliga a incluir su propio logotipo en el lomo. Las fotos en las páginas tienen una tendencia a extenderse hasta el borde algo desesperante, pues a mi me gusta más que tengan un margen, pero las lineas guia que permiten ajustarlas alineándolas con las otras fotos de la página resulta muy útil. El programa de Fotoprix es original de la casa Agfa, aunque en ninguna de las webs de esta aparece comercializado y usa tecnologia y formatos de Adobe, el de Hofmann usa tecnologías algo más estándares como almacenamiento de datos en XML lo que me hace pensar si se podrian añadir plantillas, una opción que ninguno de los dos programas tiene y que sería muy útil.

El precio no marca una gran diferencia, aunque en Fotoprix salen más baratos los albunes, contando el precio por página impresa, pues el numero de páginas de cada álbum es variable.

Supongo que a estas alturas ya habréis notado que escribo álbunes en plural y álbum en singular. El que haya seguido el primer enlace asociado a la palabra álbunes ya sabrá que pienso del tema. Tampien puede leer el artículo «¿Perdurarán los álbumes?» que ilustra este conflicto ortográfico.

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