En esta época en que hablamos de ancho de banda en lugar de velocidad de transmisión el código morse parece haber sido relegado a la prehistoria de las comunicaciones como algo inútil y obsoleto.
Sin embargo se trata de un conocimiento básico que debería enseñarse en las escuelas como el ajedrez, el latín o la astronomía. Ya sé que algunas de estas cosas no son materias escolares frecuentes, pero es que en los colegios se enseñan muchas tonterías y no hay tiempo para las cosas importantes. Por el contrario aunque fué obligatorio para obtener la licencia de radioaficionado ha desaparecido de estos exámenes.
En radio, el chasquido del morse es la señal que más alcance puede obtener, en general es reproducible por múltiples sistemas, desde una sofisticada linea de comunicaciones a un martillo golpeando el casco de un barco. Mediante el uso de luces, espejos o humo puede emitirse un mensaje coherente con medios precarios a gran distancia en caso de emergencia.
En aviación, las radioayudas emiten su identificación en forma de letras en morse y en cualquier caso el aprendizaje del código morse puede ser una actividad divertida que estimula la atención, la memoria y el oído de los niños.
La informática puede ayudarnos hoy a aprenderlo ya que existen programas gratuitos como Just Learn Morse Code con los que puede cambiarse la velocidad y reproducir o generar textos. Los expertos recomiendan estudiar y memorizar el código más como una ‘musica’ que como una sucesión de puntos y rayas, que deben usarse solo para la representación sobre papel del código.
Pero siempre es bueno contar con una regla memotécnica. Yo creo que una de las mejores que he visto es el ‘arbol’ del Morse cuya ilustración puede verse aqui.
Esta es mi versión a partir del original que encontre en la web Learn Morse Code.