¿Qué hacer con un viejo fechador Trodat 4810? Me sirvió fielmente desde 2011 a 2022, Pero el uno de enero siguiente, el 2023 no apareció en la cinta de los años. El número de elementos que aparecen en cada cinta de goma son 12. Doce meses tiene el año. A las dos cintas de dígitos que indican el día del mes se les añaden el guión (-) y la barra (/). Y los años son doce también.
Normalmente guardo los artilugios relacionados con los sellos. Nunca se sabe. Hoy tenía que numerar las páginas de mi nuevo Bullet Journal (hecho artesanalmente por mí mismo) y me dije, ¿Por qué no?. Aquí está el apaño que hice: convertir el fechador en numerador.
Sin embargo el nuevo bujo tiene más de cien páginas ¿que hacer entonces?De la cinta de goma que imprimía los años con una cuchilla y un poco de pulso corté un «1» y con un palillo de restaurante chino le hice un mango para convertirlo en un sello. Para la página 100 volví a estampar el «00» con el numerador y el 1 delante con el sello, y así sucesivamente.
Naturalmente podría repetir la operación con un «2», y de la misma forma el resto de las centenas con los dígitos correspondientes. A partir del 999, sería mejor usar dos veces el numerador.
Aunque a nadie se le escapa que numerar a mano más de mil páginas puede resultar algo excesivo. Hacerlo con un cuaderno de cien páginas es un entretenimiento. Incluso con un numerador automático, de los que incrementan el número en cada impresión, se necesita secar el número recién impreso para que al pasar página y numerar la siguiente no se transfiera tinta entre las páginas opuestas y se manchen. Lo dicho: un entretenimiento.
Pero esto no es una cuestión práctica. Hay agendas a precios mucho más económicos de lo que a mí me cuesta encuadernar las mías, casi al precio que me cuestan las tapas. Pero yo no me hago mis propias agendas porque necesite un cuaderno o para ahorrarme dinero, lo hago para entretenerme y disfrutar haciéndolo, y tener la satisfacción, cuando lo uso, de contemplar mi obra con sus virtudes y también sus defectos, pensando como evitar estos últimos en mi próxima obra.
También está la vertiente maniática de conseguir exactamente aquello que se desea, de las dimensiones, textura, color, papel y calidad que ninguna marca fabrica porque los productos comerciales se fabrican al gusto de la mayoría, los artesanos al gusto del cliente y los tuyos te los fabricas, exactamente, como te da la gana. Una sensación de libertad muy agradable.
Por otra parte las tareas repetitivas como numerar permiten la concentración y el enfoque de la mente en la tarea para no equivocarse y la relajación y el descanso que proporciona vaciar la mente de otras cuestiones.