Un año después de dejarse de fabricar las máquinas Polaroid, desaparece la película. Leo en la Prensa que Polaroid va a cerrar su fábrica de cargas para sus fotografías de revelado instantáneo durante este año. Sin embargo es posible que vendan su tecnología para que sean otros los que fabriquen las películas dando así servicio a los miles de usuarios que aún usan las cámaras Polaroid en el mundo.
Esto me lleva a pensar como subestimamos lo efímero de la tecnología. Leí hace tiempo que todos los libros impresos después de 1850 están condenados a desaparecer. La propia celulosa de sus páginas, al descomponerse, los asesinará. Eso mismo ha ocurrido ya con las películas hechas de celulosa. ¿Será un suicidio o simplemente el ciclo de la vida?.
No somos conscientes de que los sistemas para plasmar la memoria son también efímeros. ¿Pueden perdurar los datos?. Incluso los edificios de piedra tienen un aspecto muy diferente a cuando fueron construidos, pero al fin y al cabo muchos de ellos siguen cumpliendo la función para la que fueron construidos.
Este proceso de muerte de la tecnología no es nuevo. Aún tengo discos flexibles de diferentes tamaños, unidades Zip y programas de Spectrum en cintas de audio. Y he visto morirse sistemas como el Vídeo 2000 o el Betamax y ahora agoniza su supuesto vencedor, el VHS, por no hablar de los discos de vinilo que duermen bajo el amplificador en el salón. La tecnología es efímera y a veces se lleva con ella nuestros datos, otras veces nuestras costumbres o nuestros gustos estéticos.
¿Que se puede hacer por conservarla?. En el Museu de la Técnica del Empordà tenían inicialmente la intención de limitarse a elementos mecánicos. Estos, efectivamente son susceptibles de ser desmontados, limpiados, reconstruidos, engrasados y acabar funcionando según el diseño original. Pero ¿que pasa con la electrónica?. No se pueden hacer válvulas o condensadores de forma artesanal. En fotografía si no hay películas, todos los mecanismos de la cámara no sirven para reproducir la función para la que fue creada.
En el propio museo tienen fonógrafos y gramófonos pero a pesar de que sus mecanismos de cuerda funcionan, ¿pueden mostrarnos los registros sonoros antiguos? y sobre todo ¿pueden crear nuevos registros sonoros? Su capacidad de servir de testimonio para la historia está limitada por su incapacidad para reproducir la función para la que fueron fabricados.
¿Y los ordenadores?. Existen emuladores de procesadores que pueden reproducir los programas que se crearon para ellos. Es una simulación de la función, tan falsa como los disparos que efectuamos en los videojuegos.
Nuestros propios datos corren grave riesgo de desaparecer. El CD-ROM que se llamó pretenciosamente ‘el papiro del siglo XX’, tiene adjudicado actualmente una vida estimada de unos diez años. Eso implica que además de tener una copia de uso y otra de seguridad tenemos que renovarlas cada cinco u ocho años para asegurar con casi certeza que no perderemos datos.
Eso suponiendo que dentro de ocho años queden reproductores de CD-ROM y los anunciados Blu-Ray sigan leyendo ese formato obsoleto.
La tecnología es efímera, pero merece ser preservada como testigo de la historia y alguien debería estar ya pensando en como han de ser los museos de la electrónica. Yo espero que no sean vitrinas de carcasas de plástico muertas llenas de circuitos inertes.
Lo peor de todo el asunto es que hay también escasez de personal capaz de interpretar correctamente los datos antiguos….
La NASA http://www.nasa.gov tiene coleccionados ingentes cantidades de datos coleccionados en cintas magnéticas o traspasados a otros soportes, pero el problema es como reintepretar todos esos datos si pocas personas conocen su código.
Jan.