El domingo por la mañana era que día que en nuestros planes habíamos elegido para realizar una excursión a ver alguno de los lagos. Éramos optimistas pues las previsiones de bajas temperaturas y lluvia no se habían cumplido en absoluto y aunque hacia un moderado tiempo invernal, era francamente soportable.
El domíngo por la mañana llovía y el viento hacía aún más desagradable la sensación de frio. Con los peores augurios fuimos a la estación central para alquilarun coche. Al empleado le faltó reirse en nuestras propias narices. Lo haría cuando salimos de la oficina asombrados por su respuesta. «Si no ha reservado, es imposible alquilarle un coche». Buscamos otra oficina de alquiler y estaba cerrada ¡era el Domingo de Pascua!. Hubo un momento de pánico, ¿que íbamos a hacer en Milán con aquel tiempo de perros, las tiendas cerradas…La opción de aplazar el viaje al lunes tenía pocos adeptos por el peligro de que un incidente nos hiciera perder el tren.
Nos acercamos a un Ciber cerca de la estación y buscamos en Internet, pero las páginas web de alquiler de coches no daban opción a alquilar vehículos para el mismo día. Un poco a la desesperada se nos ocurrió la idea de ir a Linate, el aeropuerto más próximo a Milán para ver si en alguna de las oficinas de alquiler de allí había un coche en el que emprender el viaje.
Un taxista muy moderado para los parámetros italianos nos llevó al aeropuerto por unos 17 euros y allí encontramos varias compañías y aunque todas tenían los mismos precios, nos decidimos por la que se anunciaba como ‘Low Cost’ en una concesión al poder de la publicidad.
Lo cierto es que nos proporcionaron un vehículo Nissan monovolumen a estrenar, con solo cuatro kilómetros y el gancho de remolque aún puesto, de haberlo bajado de la plataforma. Compramos un mapa de la zona y con unas leves indicaciones que nos había dado el taxista en el viaje de ida, conseguimos salir a la ‘tangenciale’ en la dirección adecuada. Aunque alli debido a un accidente de tráfico se produjo el consiguiente embotellamiento que aunque no fue tan épico como el que mostraba Fellini en su película sobre Roma, nos hizo perder una hora
En Arona hicimos la primera parada junto al Lago Maggiore en un parque junto a la orilla del lago y los muelles. Nos dejó asombrados las proporciones inmensas del lago y el maravilloso paisaje.
Como el atasco y las incidencias del alquiler del coche nos habían impuesto un retraso, seguimos camino ‘cocheteando’ por la orilla, perdiendo ocasiones magníficas de pararnos a hacer unas fotos que sin duda habrían sido maravillosas. Comimos en un restaurante en Verbania, el ‘Bocon di Vino’ el menú del dia, especial por ser domingo de Pascua, con unos gnoquis con espárragos deliciosos. Lo había encontrado Mercedes en la Guia del Trotamundos y salió bien para compensar el chasco del Fish Point y los chinos del día anterior. Lo más prescindible habría sido unas chuletas de cordero rebozadas que a pesar de su tamaño tenían un poco del sabor ese fuerte a ‘carnero’ que nos gusta tan poco.
Verbania esta hermanada, según vimos en un cartel de la carretera con la población de Sant Feliu de Guixols. Después de la comida seguimos hasta Cannobio una bonita localidad donde dejamos el coche en un aparcamiento al final del pueblo y lo recorrimos paseando y haciendo fotos.
Toda la zona es preciosa y la pequeña excursión que hicimos estoy seguro que solo nos permitió intuirlo. Lo unico malo que encuentro al ‘Mar del Piamonte’ como llaman al lago es que en época veraniega, que es cuando debe estar más bello, no debe poderse dar un paso de turistas, esa marabunta de gente que no deja apreciar la belleza de los paisajes y los pueblos y de la cual irremisiblemente formamos parte casi siempre que nos quejamos de ella.
A la vuelta a Milan dejamos el coche en el aeropuerto y las llaves en un buzón, confiando que al día siguiente le devolverían a Miguel Angel los quinientos euros de la fianza. Por recomendación de la recepcionista del hotel nos fuimos a cenar a un restaurante al otro lado de la Plaza de la República en la calle Galileo. Como ha ocurrido otras veces en este viaje hubo división de opiniones sobre la cena, pero yo tengo que decir que cené estupendamente aunque la pizza de salmón de Mariona era realmente escasa en salmón.
Desaparezco unos días y me encuentro con no-sé-cuantas entradas nuevas, veo que ya estás en activo otra vez!
Si, mis desconexiones son cortas. :-)