El otro día tuve la ocasión de viajar en unos nuevos vagones de clase turista para el AVE.
La conclusión a la que llegué es que cada vez son más incómodos. Personalmente, encontré insufribles los siguientes aspectos:
- El reposa-pies te da en la espinilla y no te deja estirar las piernas.
- La papelera, inexistente en otros modelos resta espacio a la movilidad de las piernas limitando el cambio de postura, algo perjudicial para la salud en viajes largos.
- El diseño rígido del revistero de nuevo es molesto para las piernas e impide guardar objetos que no sean planos.
- Por último, pero no menos importante, el espacio entre asientos es menor y reclinarlo obliga a empotrar -más- las piernas contra todos estos duros objetos repletos de aristas.
Si tenemos en cuenta que los precios no son precisamente baratos y la web de venta de billetes sigue siendo deplorable, llegamos a la conclusión de que RENFE está empeñada en la promoción del transporte aéreo.