El pasado otoño se celebró en Barcelona la feria del internet de las cosas (IoT). Tuve ocasión de asistir y con poco tiempo y mucho interés en el tema, pude detenerme poco en los stands de los diferentes expositores, solo en algunos de los que me llamaron la más la atención, pero procuré recoger información de todos los que me parecieron interesantes para luego analizarla en casa con más detenimiento y sobre todo para ampliarla visitando las webs que figuran en los folletos recogidos.
Uno de los folletos que recogí estaba editado por la Generalitat de Catalunya. Me pareció muy buen criterio, por parte de la administración, la promoción de la economía digital en nuestra región ya que estoy convencido de que el IoT es uno de los sectores económicos que va a experimentar un mayor crecimiento en los próximos años, como por otra parte he podido confirmar en el reciente Mobile World Congress 2017 (#MWC17).
Lo malo es que a veces las administraciones, en realidad los políticos que las administran en nuestro nombre, se apuntan más a apuntarse los puntos que proporcina el tema de moda que realmente a promover el interés público.
Muchas veces me pregunto si el interés por la ecología, la igualdad de género, las víctimas de malos tratos, la economía digital, el emprendimiento y otros tantos temas que ocupan las portadas de los periódicos, interesan realmente a los políticos o si por el contrario lo único que les interesa es estar en la portada del periódico.
Quizás, si hacen lo correcto y se preocupan por los temas que nos preocupan a todos como ciudadanos, y lo hacen bien, podría dar igual cual sea su motivación. Es decir, «que lo hagan bien, aunque sea por motivos equivocados».
Este razonamiento tiene dos fallos. El primero es que quien no es sincero en sus intenciones y de hecho nos engaña para conseguir nuestro voto, no es de fiar. En el momento en que admites que te engañen, pierdes el control y la cadena de la delegación de la soberanía que supone el sufragio democrático se rompe. La democracia es incompatible con la mentira.
El segundo error es que quien actúa por motivaciones torticeras, raramente será ni eficaz ni eficiente. Es decir, que no conseguirá los objetivos propuestos -al menos los de todos, los de interés público- ni tampoco lo hará con el mínimo coste posible. No se puede ir recto por un camino torcido.
Como los policías que pillaron a Al Capone, hay que seguir la pista del dinero. La forma en que administran nuestro dinero, dice mucho, casi todo, de como cumplen los políticos nuestro mandato democrático. La imagen de corrupción, saqueo, derroche y falta de eficacia no dice mucho de la calidad de la democracia. Dan igual las encendidas proclamas de fe democrática. Obras son amores y no buenas razones. Quienes aman el país, no lo saquean.
Y así llegamos al Internet de las cosas y al folleto que recogí en el stand de la Generalitat de Catalunya. En el folleto hay un bidi que remite a descargarse un archivo PDF sobre una iniciativa denominada «IoT Catalan Aliance». Ayer, 7 de marzo, me lo descargé.
Después de una introducción muy de «bla,bla,bla» y de las condiciones para formar parte de esa ‘alianza’, me encontré con una parrafada en latín. Yo que soy «de ciencias» presumo de recordar bastante más que la media mis cursos de latín del bachiller, pero a pesar de ello, la traducción me resultaba difícil. recurrí al traductor de Google, que se lió aun más que yo.
La cuestión era sorprendente, porque si en un folleto sobre tecnología a alguien se le ocurre la idea de poner un latinajo, se espera que sea una sentencia breve y motivadora, algo así como «ut omnia cooperantur«, «omnia sunt unum«, «unum est fortitudo» o cosas similares, pero una parrafada de difícil traducción… El misterio se desveló al seguir, tras la gráfica, con el siguiente párrafo que no solo estaba en latín (catalán antiguo, dirán algunos) sino que además era el mismo texto. Eso si, con un rimbombante titulo en inglés.
Acabaramos!, se trata de un «Lorem Ipsum» utilizado probablemente para maquetar la página y que jamás fue sustituido por el texto correspondiente. Lo cual habla poco pero mal de como se gasta nuestro dinero, del interés que se ha puesto en el contenido real de la propuesta sobre el IoT y del éxito que ha tenido, pues seis meses después. no se ha corregido. Així no anem bé. O en «Catalán antiguo», Ergo non in ante.