Antes de que se inventase el término ‘Geek’ para denominar a los fanáticos de los cachivaches tecnológicos y mucho antes incluso de que el ‘Inspector Gadget’ asombrase a los pequeños con sus recursos, a algunos -que entonces éramos niños- ya nos gustaba jugar a espias y disfrutar con los inventos del Doctor Q.
En la mayoría de las ocasiones sencillamente hacíamos trabajar nuestra imaginación, pero en otras ocasiones algún privilegiado había conseguido -en Andorra principalmente- una cámara en miniatura. Aquellas cámaras usaban película de unos 16 milímetros y eran completamente funcionales, a nosotros nos parecían la cámara espía perfecta.
También soñábamos con relojes que permitían mantener videoconferencias y brújulas del tamaño de un paquete de cigarrillos que indicaban la posición exacta en un mapa. Ya se sabe: cosas de críos. Hoy cuesta mucho más asombrar a grandes y pequeños y la electrónica ha dejado nuestros sueños a la altura de los coches de cuerda que corrían ‘solos’ después de dar vueltas a la llave.
Sin embargo, de vez en cuando nos llevamos una alegría al encontrar un cacharro lo suficientemente extraño, original y divertido. Este es el caso del boligrafo cámara digital USB que comercializa Chinavisión y cuya referencia he encontrado en el blog Geeky-Gadgets.
A quince imágenes por segundo es poco probable que sea lo más indicado para grabar nuestros recuerdos de vacaciones. Casi cualquier teléfono de los que regalan al comprar un par de zapatos o diez cartones de leche debe tener unas prestaciones de vídeo más elevadas. Pero hay que volver a la infancia y ser capaz de visualizar situaciones en las que podríamos grabar imágenes como un auténtico espía, eso si, solo si se cuenta con …«licencia para grabar».