Leo con asombro como los medios destacan que el Rey ha pilotado un T.10 desde Madrid-Torrejón a Zaragoza. Por supuesto, ABC que suele ejercer de boletin rosa de la Casa Real suelta esta joyita en su titular: «El Rey pilotó el Hércules que le llevó a visitar la base de Zaragoza» aunque añade un comentario que no sé bien como interpretar: «La sorpresa saltó cuando el Rey se colocó en la cabina de los pilotos y puso sus manos sobre los mandos del avión«. ¿Sorpresa?, ¿Saltó?, no se entiende bien si al periodista le sorprendió un gesto que es usual en muchos viajes de Su Majestad, saltó de la emoción que le producía viajar en un avión con tan insigne piloto o hay algo en la frase que trasluce aunque sea de forma muy subliminal una falta de fé en la monarquía.
Del rosa al amarillo, 20 Minutos, prácticamente repite el titular de ABC, pero es que el supuestamente ‘progre’ El Pais de mis amores en el carrusel de fotos que ilustra la noticia dice también que «Don Juan Carlos pilota un avión desde Madrid hasta Zaragoza«.
El Periodico de Aragón es mucho más comedido cuando dice que «Don Juan Carlos estuvo en la cabina del piloto durante la mayor parte del vuelo y condujo la nave en algún momento.» En realidad lo que hace es repetir literalmente la noticia tal como la transmitió la agencia Europa Press.
Sobre las tonterías que dice la prensa no hay que hacerse cruces, ya se sabe que la cabra tira al monte y a un plumilla le interesa más un titular espectacular que uno exacto. Harían lo que fuera por captar la atención del lector. Un vistazo a la fuente de la noticia en la página del Ejército del Aire basta para ver que allí nada se dice de que el Rey pilotase el avión.
Y entonces, ¿a que conclusiones me lleva esto?. Pues que el Rey (que Dios guarde), es un tío muy majo y muy salao, eso lo dice todo el mundo que ha tratado con él. Que es muy competente en su oficio de Rey y jefe del estado lo reconocen hasta muchos que son poco entusiastas de la monarquía. Pero resulta lamentable observar como los que se erigen en voceros de la ‘opinión pública’ se creen en la necesidad de convertirse en lameculos aduladores y almibarar hasta el empalago cualquier aspecto de la vida regia para vendernos una monarquía de cuento de hadas de forma insistente y machacona, con evidente desprecio por la inteligencia de sus lectores.
Un piloto del Ejército del Aire necesita años de estudios y de cientos de horas de prácticas para convertirse en piloto. Después de especializarse en un tipo de aeronave (caza y ataque, transporte o helicóptero) debe seguir un complejo plan de entrenamiento en la unidad en la que está destinado. Cada avión requiere una capacitación específica, algo así como decir que cada avión tiene su propio ‘carnet de conducir’ porque pilotar un avión es algo muy complejo que requiere conocer muchos procedimientos, detalles técnicos y características operativas específicas de esa aeronave. Sin esa autorización específica para esa aeronave, un piloto no puede ejercer de tal, sea alférez o general. Pensar que la Ley se estira para ajustarla como una camiseta según la posición del usuario o que se pone en peligro la seguridad de un avión y de su pasaje por el capricho de un alto dignatario es una aberración que solo cabe una mente que está hueca de cualquier inteligencia o de quienes desprecian el Estado de Derecho.
Al Rey, como seguramente se hará con otros dignatarios cuyo interés por la aviación sea patente, el comandante de la aeronave que es el máximo responsable de la misma, puede tener la deferencia de cederle el lugar del piloto durante algún momento del vuelo en el que considere que la seguridad queda garantizada por la experiencia del segundo piloto y Su Majestad, como haríamos cualquier otro aerotrastornado, disfruta de la ocasión, refresca los conocimientos que adquirió en San Javier y seguramente es muy consciente -yo lo creo sinceramente- de que no necesita que nadie le enganche los atunes en el anzuelo.
Deberían tomar las mismas medidas con los periodistas: deberían pasar duras pruebas, y conseguir licencias adecuadas antes de dejarles usar la pluma para escribir…
Y de paso, que instauren el carnet por puntos para el periodista.