Estos días estoy como loco preparando el viaje a Roma. Ya había escrito sobre la angustia precinética, pero ahora la sufro multiplicada varias veces, porque tengo que hacer varias listas.
Una cuestión inexplicable es por qué los cachivaches que se supone tenemos para facilitarnos la vida, nos la complican tanto. El teléfono no es muy grande, pero en el equipaje viaja el cargador de baterías que ocupa casi más que el propio teléfono. Es evidente que no puedo viajar sin mi PDA, donde almaceno un montón de datos que frecuentemente no encuentran una conexión disponible en mis neuronas y de paso las dejan libres para otras cuestiones. Si puedes apuntarlo, no lo memorices. Lo malo es que la PDA necesita otro alimentador de batería, especialmente si voy a estar mas de tres días fuera de casa. Si la quiero usar como reproductor de MP3, hay que llevar auriculares y la pinza para colgarla al cinturón por si salgo sin chaqueta. No es una PDA con GPS y tengo uno aparte que puede usar en el coche o a pie, pero esta vez lo dejaré en casa y disfrutaremos perdiéndonos en la ‘ciudad eterna’. Entre otras cosa porque si lo llevase tendría que levar también otro cargador particular para el aparatejo.
El Ordenador portátil es la gran duda. En este viaje me sería sin duda muy util ya que el motivo principal es acudir al ‘Ufficio Storico’ de la aviación militar italiana para consultar documentación sobre la guerra civil. Tengas o no tengas a mano una red WiFi, siempre puedes ir escribiendo las crónicas del viaje en el ordenador para subirlas al blog cuando tengas ocasión de conectarte. Además siempre permite descargar cómodamente las tarjetas de las cámaras de fotos e incluso, en un momento dado, usarlo como reproductor de DVD, música o para echar un jueguecito y matar un rato tonto o hacer algún dibujo con el puntero. (se trata de un TabletPC). Si no llevo el ordenador tengo que considerar el incorporar un disco duro con conexión USB y el lector de tarjetas más el puente USB para transferir los datos de las tarjetas.
Pero las consideraciones de peso y espacio son importantes cuando se viaja en Ryanair. Y se viaje con la compañía que se viaje, hay que ir con el ordenador a cuestas ya que exponerlo a la manipulación habitual de equipajes sería una temeridad sin sentido. Si finalmente decides cargar con el ordenador has de pensar si llevas el pié de la PDA para sincronizarla, el lector de tarjetas de memoria, si llevarás el ratón o usarás el area táctil incorporada (Barbarismo: Touchpad) que es bastante mas incómoda. Y naturalmente no nos olvidemos de su fuente de alimentación y correspondientes cables además de un adaptador adecuado a los enchufes del país que vamos a visitar (algo que adquiere tintes dramáticos en términos de espacio si se trata del Reino Unido).
Un viaje sin cámara de fotos es impensable. Tengo tres posibilidades a considerar. La minúscula de la familia es la Nikon 3200 de mercedes. Resulta muy apropiada porque hace unas fotos estupendas y cabe en cualquier bolsillo. Ante la eventualidad de un uso intensivo hay que añadir un cargador de baterías y un juego de baterías recargables de repuesto. La siguiente opción es mi Nikon 4300 que aunque ofrece pocas ventajas me resulta muy cómoda, salvo que implica otro cargador de baterías (menos voluminoso que el cargador rápido Hama de las pilas de la 3200). tendré que elegir entre una de las dos y antes resolver otra cuestión.
En este viaje necesitaría llevar una reflex digital, entre otras cosas para hacer de escáner de mano con algunos documentos. Miguel Santiago Puchol me hablo hace un tiempo de una pequeña maravilla que es un escáner de mano que descarga los archivos leídos en una tarjeta SD, pero lo cierto es que el presupuesto ya no llegaba a esta pequeña maravilla. Cargar con la reflex implica rentabilizar el cargador de la 3200 y usar un solo tipo de tarjetas -las SD- que no precisan del lector de tarjetas, porque el portátil lleva lector de ese tipo incorporado.
Las gafas de ver y las de sol, carpeta con documentos, ¿linterna?…y en este caso la navaja de los bocatas tendrá que quedarse en casa para evitar sorpresas en el aeropuerto. A pesar de ello, creo que antes de salir de casa voy a tener que someter a esta lista a una severa cura de adelgazamiento, mientras reniego como otras veces contra los que han decidido que no existan cargadores de baterías universales o enchufes de corriente continua que eviten el peso de los transformadores y espero que llegue el día en que me llegue el presupuesto para llevar cámara, teléfono GPS y PDA en el mismo trasto y si es posible que use pilas que duren un lustro, se conecte a internet vía WiFi y despliegue un teclado virtual ante si cuando sea necesario. Todo ello son cosas posibles de la que solo nos separa la cifra que marca el precio.
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