El pasado día 2 de mayo asistí a la inauguración de la exposición sobre los bombardeos de Celrà durante la guerra civil, titulada «Obiettivo: bombardamento campo d’aviazione di Celra». Igual que Figueres, Celrà celebra estos días su fiesta mayor y con esa excusa se inauguraba una exposición formada por un conjunto de paneles que luego quedarán en exposición permanente en el ya interesante museo sobre el campo de aviación ubicado en el «Centre Cultural la Fàbrica» de Celrà, donde también se realiza esta exposición.
El material para la exposición lo ha recopilado el «Taller d’Història de Celrà» un grupo de ciudadanos interesados por la historia de su pueblo de alguna manera liderados por Artemi Rosell, que ya produjo en 1997 una magnífica monografía sobre el campo de aviación, un auténtico ejemplo en su género.
La exposicion está formada por una serie de paneles y el relato de los hechos se basa en los documentos originales, cuyas imágenes se exponen en los paneles y que proceden principalmente de los archivos históricos del Ejército del Aire español en Villaviciosa de Odón y del Ufficio Storico de la Aviacion Militar italiana en Roma.
Es una lástima que el escuálido presupuesto que ha permitido apenas fabricar los paneles no haya llegado para reunirlos editados en forma de un libro que habría constituido un interesantísimo documento.
Aunque es posible que no tenga nada que ver con el tema, no puedo callarme otro hecho que pude observar y que me produjo una profunda tristeza. Frente al ayuntamiento, que se encuentra junto a la fábrica, ondeaba la bandera del ‘Estat Català’ algo bastante frecuente en estos días en los ayuntamientos gobernados por independentistas. Es un detalle típico de pais bananero en el que las propias instituciones se pasan la ley por el forrillo de forma completamente impune y en las ocasiones en las que se denuncia un hecho de este tipo, los conculcadores de la auténtica legitimidad democrática, que solo puede basarse en la ley tienen que oir como son calificados de ‘provocadores’ o ‘antidemocráticos’ que es el sambenito que hoy usan los necios para todos aquellos que no les dan la razón.
A pesar de su campaña que pregona que «Todos suman», la realidad es que el Ayuntamiento de Celrà es evidentemente, solo para los que piensan de una determinada manera o tienen una determinada visión del pais: un caso claro de sectarismo populista.
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