Falsos chollos en Swoopo

Como tantos otros usuarios, encontré un anuncio de Swoopo buscando un artículo a través de Google y me fui a ver la página de subastas atraído por los increíblemente bajos precios de adjudicación de las subastas. Artículos como televisores de pantalla plana, cámaras fotográficas, consolas de videojuegos o relojes. En general, artículos de alta demanda.
Llama la atención las subastas en marcha y los bajos precios a los que se cierran. Llamadme desconfiado, pero en cuanto veo un chollo, desconfío. Y me puse a buscar donde estaba el truco porque cualquier persona razonable sabe, sin necesidad de que se lo descubriera Newton que las manzanas no caen para arriba.
El sistema funciona así, para intervenir en una subasta hay que registrarse en la web de swoopo (antes llamada ‘Telebid‘). A continuación hay que comprar derechos de puja, pues cada puja cuesta 0,70 euros. Estos derechos de puja se venden en grupos el mínimo de los cuales son 10. Cuando se interviene en una subasta, cada vez que se puja, además de pagar esos 70 céntimos, el precio del producto subastado sube 10 céntimos y el tiempo de la subasta se prolonga 20 segundos. Es decir no es el que puja el que indica el precio. Además toda puja abre una puerta a que otro pujador, atento al producto tenga tiempo de efectuar otra puja.
Aquí es cuando la mayoría de los que se creen listos pican. Piensan que se trata simplemente de pujar en el momento adecuado y que por un pequeño sobreprecio sobre el precio de la adjudicación, representado por el costo de la puja, se pueden llevar un chollo.
No es así. El negocio de swoopo (vaya nombrecito, además quiere decir algo así como ‘calarse’ o ‘caer’, vaya tela…) está en las pujas. Hagamos unas simples cuentas. Un artículo como una cámara fotográfica que puede encontrarse en internet por 550 euro se adjudica en Swoopo por 300. Para llegar a esta cantidad han sido necesarias 3000 pujas por las que se han recaudado 2100 euros, más los 300 de la adjudicación, 2400 euros, que sin duda es un buen precio para el vendedor…Pero ¿y para el adjudicatario?. No nos engañemos, no se trata de un juego como la lotería. Es más bien como apostar con un trilero: nunca sabremos donde está la bolita y podemos dejar mucho dinero sin adjudicarnos ninguna subasta.
Aunque he leído muchos comentarios con sospechas de estafa y manipulación, todos coinciden en que es difícil aportar pruebas, pero el más acertado era uno que decía que no es necesario que sea una estafa: sin ella ya constituye un gran negocio. Como se hemos visto al echar las cuentas, el chollo existe, …pero para los dueños de Swoopo, no para sus clientes.

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