Esta tarde, cuando me he levantado de la siesta reglamentaria, el jardín estaba envuelto en una neblina grisácea y había un fuerte olor a humo en toda la casa. En el estudio he encontrado a Mercedes con aspecto tranquilo, enfrascada con el ordenador, pasando cuentas de la economía doméstica o jugando a las cartas, vaya usted a saber.
Desde luego no tenía la actitud de alguien a quien se le estaba quemando la casa, así que ya me he tranquilizado un poco, porque resulta imposible que el fino olfato de mi mujer no hubiera detectado el olor del humo y es igualmente improbable que estuviera sentada tranquilamente si la colcha que le hizo su madre estuviera en peligro de quemarse.
“Hay un incendio por aquí cerca. Cuando he llevado a Beatriz al trabajo lo he visto”, me ha dicho sin necesidad de que le preguntase. Me he acabado de poner la camiseta y me he ido a la puerta a verlo. Pensaba subir a un lugar elevado, pero no me ha hecho falta. Desde la puerta de casa se veía el origen de la inmensa humareda. He calculado que debía encontrarse entre Pont de Molins y Cabanes.
He ido a buscar el escáner de banda aérea (un RadioShack 20-514 PRO-89) y sin demasiado esfuerzo he encontrado la frecuencia de coordinación en 129,950. Alli me he quedado escuchando asombrado como a pesar de los esfuerzos de los helicópteros el fuego avanzaba hacia Llers, una población realmente muy cercana a Figueres.
He salido y he subido a la terraza de la casa de enfrente con la cámara de fotos por si algún medio aéreo se aproximaba lo suficiente y desde alli podía observar el ir y venir de los dos ‘Focas’, dos hidroaviones del 43 Grupo, los entrañables ‘Botijos’ que iban y venían desde la Bahía de Roses al incendio. Pasaban bastante lejos y esta imagen es todo lo que he conseguido.
Por suerte los esfuerzos han dado resultado y no he tenido ocasión de fotografiarlos más de cerca… a la altura de las obras del AVE la progresión del incendio hacia el oeste ha sido detenida y cuando los esfuerzos de hidroaviones, helicópteros y los Air Tractor -que ha llegado del sector de Banyoles como la caballería en las películas- se ha concentrado sobre el flanco izquierdo, donde una granja estaba siendo rodeada por el incendio, las llamas han podido ser controladas y poco a poco han ido aumentando los intervalos entre llamadas.
A esas horas yo estaba ya echando un pestazo a humo como si hubiera pasado la tarde junto a una hoguera que arde mal. Cuando era pequeño y a la salida del colegio me entretenía en iniciar o compartir una hoguera en alguna casa abandonada, al llegar a casa, mi madre me decía: “Hijo mio!, ¿de donde vienes?, ¡Pero si hueles a ‘pobre’!”. Es verdad. Muchos de los pobres que encontrábamos en aquellas casas abandonadas olían al humo de las hogueras que constituían su único hogar. Esta tarde yo “olía a pobre”, pero los esforzados bomberos que llevan varios días de fuego en fuego descansando poco y trabajando mucho, tendrán seguramente más motivo de queja. Ahora, por la noche, cuando escribo esto, aún se oyen las sirenas de los vehiculos de los bomberos. Es poco probable que antes de mañana acaben los trabajos de extincion y figilancia de rescoldos.
Al volver a casa pensaba en el desastre que suponen estos incendios y como puede haber gente tan estúpida o malvada que prenda fuegos intencionados.