Que Mercedes es un gran cocinera no hace falta que lo diga yo, aunque creo que soy el testigo más autorizado de este hecho incuestionable.
Su blog se llama Rezeditas porque cuando buscó un apodo para sus andanzas por la red yo le aconsejé ‘Zeditas’ como contracción de ‘Merceditas’ un nombre muy querido por ella no por que lo usasen frecuentemente sino porque solo una persona lo usaba, su abuela Carmen a la que Mercedes quería con locura. Aparte de la abuela Carmen solo yo me he atrevido – y sólo en contadas ocasiones- a llamarla Merceditas. De Zeditas salió el nombre del Blog: «Rezeditas», es decir «Las receticas de Merceditas», dicho sea así, en «murcianico».
Como todo tiene una explicación, yo creo que Mercedes es una gran cocinera por tres motivos básicos.
El primero que aplica a la cocina su principal arma: el tesón casi obsesivo por hacer las cosas bien. Más allá de la desesperación, los nervios o cualquier otra dificultad física o emocional, Mercedes es constante en la persecución de sus objetivos, hasta que se hace con ellos.
El segundo, que tiene una cualidad innata para diferenciar sabores y deducir una receta a través del paladar. Vamos, que es de ‘pico fino’.
Y la tercera, que disfruta cocinando. Cocinar es su tranquilizante, su espacio de reflexión y también su muestra de cariño o de amistad con los afortunados comensales.
Por todo ello no es de extrañar que para celebrar la llegada al mundo de su primer nieto se pusiera a cocinar de madrugada, para que llevásemos al trabajo unos muffins con los que celebrar con los compañeros el feliz acontecimiento.
Como suele hacer, ha partido de una recta de un libro y cuando ha acabado la receta no se parece más que en algunos ingredientes, pero el resultado ha sido, como también es habitual, fantástico y la nueva receta ha quedado bautizada como ‘Muffins-de chocolate de Victor’ que estoy seguro que cuando tenga edad para comerselas le hará muchas veces a su nieto y que por ahora ha anotado en un cuaderno donde sus padres y abuelos estamos recogiendo algunas ideas y recuerdos -para cuando pueda leerlos- sobre la historia de su vida y nuestros sentimientos. Y me ha pedido que le hiciera la ilustración de la receta, que es la que acompaña este articulo. Ya sabéis: cosas de abuelos.
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