El 26 de mayo 1911, el aeroplano construido en colaboración entre Leon Morane y Raymond Saulnier, al que denominaron Morane-Saulnier A y pilotado por el francés Jules Védrines ganó la Carrera París-Madrid y permitió la fundación de la aeronáutica Morane Saulnier.
Convocada para los días 21 a 25 de mayo de 1911 por el diario Le Petit Parisien, sería la primera de las grandes carreras que marcarían el año 1911.
Los participantes tenían que recorrer la distancia de 1170 kilómetros entre París y Madrid y salvar el obstáculo de los Pirineos. De la dificultad de la misma da idea que sólo llegaron a participar 8 de los 28 pilotos que se habían inscrito.
Al inicio de la carrera, en la localidad francesa de Issy les Molineaux, hubo un accidente mortal cuando uno de los participantes se estrelló con su aparato contra la tribuna. Otros cinco participantes tuvieron que abandonar y alguno sufrió de hipotermia por las duras condiciones del vuelo en altura en aquellas cabinas descubiertas y con escasa protección contra los elementos. Debido a las duras condiciones, la finalización de la prueba, prevista para el día 25, tuvo que retrasarse 24 horas.
El Ayuntamiento getafense autorizó en 1911 al Real Aero Club de España a que acondicionara la llamada Dehesa de Santa Quiteria como aeródromo para la llegada de la carrera y que, desde entonces, permitió al municipio contar con un aeródromo permanente.
Védrines aterrizó en Getafe y recibió el premio de 200.000 francos de manos del rey Alfonso XIII, gran entusiasta de la aviación.
En los años siguientes la fama obtenida en esta prueba hizo que estuviera muy solicitado para la realización de exhibiciones. Aquel mismo año protagonizó el primer vuelo en Vigo, el 21 de septiembre de 1911 invitado por la la Asociación Popular y donde fue recibido como si fuera un jefe de estado, alojándose en el Hotel Continental y desplazándose en el coche que puso a su disposición el Conde de Torrecedeira. La exhibición aérea se celebró en Balaídos.
En Aguilas, en la provincia de Murcia donde protagonizó la exhibición realizada con motivo de las fiestas de 1914 y donde se recordaría su nombre como “Beldrine”, como bien explica mi amigo Miguel Puchol en un estupendo articulo en el que destaca que «lo más curioso es que este piloto participó con las Fuerzas Aéreas Francesas en la Gran Guerra, que estalló en los primeros días de agosto de 1914. Aguilas debió ser su última exhibición ya que en esas fechas Francia ya se había involucrado en el conflicto, y Védrines pronto se enroló en l’aviation militaire».
Con motivo del centenario en Getafe se descubrió una placa y se han realizado diversos actos patrocinados por el centro de la UNESCO de la localidad y el Ayuntamiento. El alcalde en funciones de la localidad, Pedro Castro, ha declarado que acontecimientos como la elección de Getafe como lugar de llegada de la primera carrera internacional de aeroplanos sirvieron para que el municipio se convirtiera en la cuna de la aviación española. Hoy en día es el único municipio de España que cuenta con aviones como elementos de su escudo heráldico y apuesta decididamente por el progreso de la aviación y la conservación de su historia.
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