Pues si, nos vamos a ver a Bruce Springsteen, «The Boss». Nos ha costado encontrar entradas y al final las hemos conseguido casi de chiripa. Todo empezó hace unos meses cuando Mariona comentó que le gustaría ir al concierto pero que ponían las entradas a la venta en internet al día siguiente y que sería muy difícil conseguir una porque se acababan en cosa de minutos.
Yo sabía que a Mercedes le haría ilusión asistir, así que me ofrecí para intentar comprar las entradas por internet.
A primera hora de la mañana en la direccion de la empresa que comercializa las entradas (su informalidad no merece enlace en este blog) había un cartel que anunciaba que las entradas se pondrían a la venta en esa misma dirección a partir de una hora en concreto. Fui probando para ser de los primeros y cuando desapareció el anuncio empecé a solicitar la página donde se tenían que comprar las entradas. Me daba error continuamente y después de cuarenta y cinco minutos refrescando la caché para no ver una página guardada, de pronto, entré en el formulario. Lo rellené con sumo cuidado y pedí cinco entradas, que eran las que queríamos y menos de las seis como máximo que creo se vendían por persona.
Rápidamente me apareció una pantalla confirmando los datos que había introducido y con una nota diciendo que debido a la congestión tomaban nota de mi pedido y se pondrían en contacto conmigo para confirmarlo.
Yo me quedé un poco mosca porque había metido el número de la VISA y todo …con los nervios y el cansancio, se me olvidó hacer un ‘Imprimir pantalla’ para guardar aquel mensaje.
Pasaron los días y ni me llamaron para confirmar ni me cargaron el importe en la cuenta, signo inequívoco de que no tenía entradas. A las dos semanas tuve que rendirme a la evidencia y las campanas que habíamos echado al vuelo por tener las entradas, se tornaron en llanto y crujir de dientes.
Elena, que era la quinta del grupo consiguió a través de su hijo tres entradas para el domingo y Mercedes y yo nos quedamos descolgados. Al poco tiempo, a través de Ferrà n, el novio de Andrea, la hija de Mariona, conseguimos dos entradas para el sábado que una compañera suya de trabajo había comprado, …y no podía asistir. A pesar de que en eBay y otros puntos de reventa electrónica ya pedían precios elevados por las entradas, esta chica nos las dejó al precio nominal, todo un detalle.
Y así es como asistiremos al concierto de Bruce. Yo sigo siendo todo lo amusical que se puede, de hecho creo que no sabría tararear ni una de sus canciones pero no me resulta desagradable y espero disfrutar, sobre todo viendo como se lo pasa Mercedes, que esto de los conciertos lo vive mucho. Por lo menos son localidades con asiento y no es de pié.
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