Un comunicado de la compañía Click Air que empezará a operar próximamente desde El Prat, dice que dará por finalizada el próximo domingo 17/09/2006 su promoción de lanzamiento en la que ofrece vuelos a 5 euros, ya que debido al éxito de la misma quedan pocas plazas para las siete rutas españolas y europeas en las que comenzará a volar a principios de octubre.
Aunque a los 5 euros hay que sumarle las tasas, en una prueba que acabo de hacer en la web de la compañía, un vuelo para dos personas desde Barcelona a Lisboa saliendo un jueves y volviendo el lunes siguiente, a mediados de diciembre, me salía por 53,28 euros.
El éxito de las compañías que han apostado por reducir los precios se basa fundamentalmente en el incremento de pasajeros. Mucha gente que no se planteaba volar hace ahora una escapada a destinos europeos, por un precio similar al que les costaría hacer un viaje en coche a un destino en España.
Lo que más me ha sorprendido es que según se ha publicado, Click Air está vendiendo billetes en vuelos operados por Iberia en los cuales habrá pasajeros que habrán comprado el billete a Iberia a un precio muy superior. Yo creo que a los clientes de Iberia no les va a hacer mucha gracia: es como si las rebajas fueran al mismo tiempo que la temporada y la ropa se vendiese a diferente precio según el dependiente que te atienda. Muchas de las cosas que pasan en el mercado del transporte aéreo son sorprendentes y resulta un campo muy interesante para observar porque hay cosas que están pasando y que van a pasar que van a suponer cambios fundamentales en los modelos de relaciones comerciales que conocemos.
El lanzamiento de Click Air por parte de Iberia nos ofrece la oportunidad de ver si es cierto aquello de que las compañías tradicionales no están capacitadas para cambiar el modelo de negocio porque con sus filiales de bajo coste solo les hacen la competencia a ellas mismas, o bien se cumple la afirmación de Carlos Muñoz, consejero delegado de Vueling de que «no existen las compañías de bajo coste: existen compañías normales y compañías caras». La duda es si las compañías tradicionales serán capaces de transformarse adaptándose al mercado o deberán morir para dar paso a las nuevas aerolíneas.
Ryanair ha anunciado que operará vuelos interiores en España y que creará una nueva base de operaciones (barbarismo: Hub) en Barajas. Yo – y Mercedes también! – espero que establezcan un vuelo para unir Gerona con Murcia. Esta actividad de Ryanair se puede desarrollar al aplicar la Octava libertad de las llamadas ‘Libertades del Aire’, también conocido como ‘derecho de cabotaje’.
Lo cierto es que la introducción de toda esta competencia ha beneficiado al consumidor, que puede encontrar ahora una oferta mayor a precios asequibles y en muchos sitios ha generado una importante actividad económica.
Como contrapunto a toda esta meditación sobre el nuevo panorama de los vuelos en avión, me he acordado de un vuelo que hice hace solo cuatro años entre Gerona y Madrid. En aquella época había dos vuelos entre Gerona y Madrid. Uno de ellos, de la compañía Inter-Med, subvencionada por la Generalitat, la Cámara de Comercio y la Diputación de Girona y el otro de ‘Air Catalonia’ que en realidad no lo era, sino que vendía unos títulos de viaje (Al no ser compañía autorizada no podía emitir billetes) y alquilaba un avión. Recuerdo un poco de inquietud al ver como embarcaban los pasajeros del vuelo subvencionado en un CASA CN-235 (EC-IDG, c/n 003) mientras nos decían que «no era seguro que saliera el vuelo de Air Catalonia».
Finalmente vimos aterrizar un Fairchild Metro III (EC-GUS, c/n AC-648) y pudimos pasar el control y salir a la pista para embarcar. Mientras caminábamos hacia el avión pude echarle una foto. Por aquel entonces yo usaba aún la ‘patatita’ una cámara digital Rimax muy sencilla de 1,2 Megapixels, óptica mala y un firmware que llenaba las fotos de ruido con excesiva frecuencia. La primera vista del avión no me preocupó en absoluto. Quien está familiarizado con el mundo de la aviación sabe que la seguridad de un vuelo no se mide por el tamaño o el sistema de propulsión de un avión. Solo los profanos creen que volar en un reactor es ‘mas seguro’ que en un avión de hélice. No han pensado que lo peligroso realmente es el ‘aporrizaje’ y que lógicamente en un reactor es a mas velocidad.
Al entrar en el aparato vi claras las limitaciones. Solo podía andar por el pasillo doblado en ángulo recto y sentarse era un ejercicio de contorsionismo. Aquellos asientos eran a los de un avión de linea como comparar los del Citroën dos caballos con los del Mercedes. La sorpresa mayúscula vino cuando observé que estaba sentado al lado de la salida de emergencia y que la puerta parecía haber sido arrancada y vuelta a colocar. Otras señales en las proximidades me dieron a entender que el aparato debía ser muy seguro pues ya habia pasado por alguna emergencia y todos los sistemas de salvamento habían funcionado. Viajé a Madrid bastante tranquilo y a la vuelta aproveché mi experiencia: Al subir al avión, y llegar a mi asiento, para gran sorpresa del pasajero que iba detrás mio, me arrodillé en el suelo y me quité el abrigo ya que esta es la única posición en que puede hacerse y las temperaturas exteriores no aconsejaban hacerlo fuera.
Solo cuatro años después, volar barato no supone aceptar ninguna limitación. Por el contrario, las compañías que ofrecen vuelos baratos vuelan con aviones nuevos, pilotos experimentados, personal de cabina muy amable y ofrecen multitud de combinaciones, horarios y puntualidad. Quizás el único inconveniente sea la limitación en el equipaje, pero a la hora de considerarlas globalmente, yo me alegro de que estén aquí y para mis viajes en avión siempre serán mi primera opción.