Bolonia

Recientemente se están produciendo muchas protestas contra lo que se llama «el proceso de Bolonia«. Si se intenta averiguar en qué consiste este asunto, sorprende que los estudiantes y algunos sectores universitarios esté en contra de la armonizar las titulaciones en la Unión Europea.
Los estudiantes claman contra la «privatización» de la enseñanza que aseguran será más cara. Dicen que es una «privatización encubierta» que queda como mucho más perverso. También les parece mal que en España obtener un grado requiera sesenta créditos más -un curso- que en el resto de Europa.
ConferenciaA finales de noviembre tuve ocasión de oir una conferencia en Figueres del Doctor en Ciencias Quimicas y Catedrático de la Universitat de Girona el señor Miquel Duran. Miquel Durán es un friqui, ameno y tremendamente claro y didáctico. Como tenía que decir esto he mencionado algunos de sus titulos , para que nadie piense que no es un señor la mar de serio.
En pocas palabras y de una forma sencilla nos explicó la cosa esta de Bolonia. El Doctor Durán dijo que Bolonia es muy poca cosa. Son unos acuerdos que obliga a poco y contemplan muy pocos aspectos. Se establece una unidad de medida del esfuerzo lectivo, el ‘Crédito Europeo’ ECTS European Credit Transfer System) que serán unas 40 horas de trabajo al cambio y se acuerda establecer tres niveles de titulación, el Grado Universitario, el Master y el Doctorado. Y ya está. Ni siquiera es una norma europea de obligado cumplimiento.
Lo demás corresponde a los gobiernos de cada país. En España se ha decidido que el Grado serán 240 créditos, 60 o 120 más para el Master y el Doctorado comprende dos periodos: uno de formación y otro de investigación organizado, que incluirá la elaboración y presentación de la correspondiente tesis doctoral.
El caso es que se queda uno diciendo ¿pero por qué protestan?. Los problemas a los que aluden poco o nada tienen que ver con el proceso de Bolonia. Segúnn el profesor Duran la reforma pondrá en el centro del proceso educativo el aprendizaje y al alumno en lugar de poner al profesor. La verdad es que se le veía convencido, pero era un poco utópico y a mi ya me contaron la milonga de la «evaluación continuada» y alguna otra más de reformas hechas con buena voluntad y pocos medios. En algún momento se dijo que quienes se oponían a la reforma eran los profesores tipo «funcionario» que no querían alterar una vida cómoda de clases magistrales repetitivas año tras año.
Yo en mis conclusiones personales hay una cosa que no entiendo y otra que no comparto. La que no entiendo es la de los cuatro años. ¿Por qué cuatro si toda Europa ha decidido que tres?, ¿Por que no nos sirve lo que les sirve a otros? Y como soy desconfiado sospecho que hay intereses corporativistas tras esa decisión. Lo que no comparto es algo que dijo el profesor Duran sobre que la temporalización de los cursos está hacha en base a unas cuarenta horas de trabajo semanales por parte del estudiante medio que comprenden tanto las clases como las consultas en la biblioteca, el estudio en casa, asistencia seminarios o conferencias, consultas por internet o reuniones de tutoría. ¿Como puede ser eso?. No se si desde el punto de visa de la materia cuarenta horas serán suficientes. Desde el punto de vista de la vida, si en el momento de la formación un estudiante no se ve obligado a esforzarse hasta el límite de sus posibilidades , ¿cuando lo hará?.
Las empresas requieren lideres competitivos, ¿que graduados producirá la Universidad? Los estudiantes que dedicaron cuarenta horas semanales a sus estudios ¿creerán conveniente o estarán preparados para dedicar mas tiempo a su negocio, a su trabajo o a algo productivo en su vida?. Lo que llaman Bolonia sigue con el error ya afianzado en el resto de la enseñanza: paso por la aulas sin una formación del carácter y la voluntad, sin aprender el verdadero valor del esfuerzo y la relación entre el valor de las cosas y el trabajo que cuesta obtenerlas. Pero la culpa no es de Bolonia, y por eso no protesta nadie. Que no nos den gato por liebre.

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