El paraiso profanado

Cuando decidimos venir a pasar nuestras vacaciones al Caribe ya sabíamos que no ibamos a estar en playas vírgenes, en rincones ignotos o en entornos idílicos. Desgraciadamente, el turismo es lo que es, una industria, mucho más relacionada con el prosaico y vil metal que con la belleza natural.

Elegir una estancia en un complejo hotelero ‘todo incluido’ no fué una decisión en pro del planeta sino de nuestro descanso. Es el primer año que no dedicamos las vacaciones a visitar algo, solo a descansar, La idea del Caribe fue de Mercedes, claro.

Como ella es una amante de la playa y yo quería complacerla, aunque soy de tierra adentro y la arena y el mar me da cierto repelus, miré la parte positiva y pensé en una interminable fila de caipiriñas servidas por hermosas muchachas caribeñas, entre bufets pantagruélicos, siestas profundas y acceso wifi en todo el complejo.

Nunca se debería olvidar que la realidad no tiene por qué responder a las expectativas de nuestros sueños. Nosotros éramos conscientes de ello y la realidad nos ha sorprendido de formas diferentes manteniendose dentro de una evaluacion global positiva.

Camino del Caribe

El viaje se desarrolló sin incidentes, salvo un par de baches por convección térmica en el despegue que Mercedes achacó sin reparos al carácter bromista de los pilotos. No sé si me creyó cuando le dije que un comandante de A330 a los mandos en un despegue carece de sentido del humor, solo posee el de la responsabilidad y que el humor no viene en los procedimientos. Yo ya había iniciado un breve sueño durante el rodaje que se convirtió en una siesta de hora y media sobre la península y el Atlántico. Durante el viaje le di una tarjeta a la azafata y le pedí transmitiera al comandante mi petición para ver la cabina, a lo que accedió amablemente. Resulta qe tenemos un apellido en común y también un conocido, lo cual no es difícil en este mundo donde trabajan tantos compañeros procedentes del Ejército del Aire. Seguramente habríamos encontrado más si hubiéramos explorado más intensamente nuestros conocimientos. La conversacion en cabina fué agradable y el cuadro de mandos del A330 que no había visto nunca ‘en directo’ me pareció impresionante por su sencillez.

A la llegada al Aeropuerto de Punta Cana hubo un pequeño lio con el autobús que tenía que llevarnos al Hotel, que se resolvió mientras yo empezaba a ahogarme en mi propio sudor. Que calor, que agobio. Entre llegar al hotel y tomar posesion de la habitacion se hizo de noche ya que aqui deben seguir el horario solar. Cenamos en el Bufet y nos fuimos al bar a tomar unas Caipiriñas. El Hotel es en realidad un complejo donde las habitaciones se distribuyen en 48 edificios, hay piscinas, restaurantes, tiendas y campo de golf en un complejo ajardinado y muy bien cuidado. Demasiadas caminatas al sol para mi gusto.

Amanece en el paraiso

Aunque no nos fuimos tarde a la cama, para nuestro día español eran las tres o las cuatro de la mañana pero nos despertamos a las cuatro de la República Dominicana y a las seis nos fuimos a ver amanecer en la playa. Aqui la realidad sobrepasó ampliamente nuestras expectativas. Por una parte en la belleza del paisaje, por otra en lo guarra que es la gente, dejando vasos de plástico, botellas y toda clase de porquería por la playa.

Duarante el camino del aeropuerto al hotel ya habíamos visto parte de la ‘trastienda’ de ese precioso decorado que es el complejo turístico. Gente viajando amontonada en camiones, casas que parecen chabolas, mucha construcción de obra pública nueva y escombros por solares y cunetas con una sensación de ‘a medio hacer’ y de ‘esto no es como piensas’ que cuando vi la basura en la playa me hizo llegar un calenton de indignación, tambien por sentirme parte de una industria destructora, consumista y vendedora de mentiras. ¿Porque somos tan burros?. La historia Biblica de Adan y Eva se repite cada dia: seguimos profanando el paraiso.

Playa

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