Vaya por delante decir que Eduard y yo somos amigos. No diré como Emilio Romero que “no pretendo ser imparcial, me basta con ser veraz” pero podría decirlo, aunque yo sé que cuando se expresa una opinión, siempre se es subjetivo. En cualquier caso, esta es la mía.
Le conocí a raíz de la presentación de su primer libro, Codex 10 y desde entonces hemos tenido una relación que podríamos definir como ‘gastronómica’. Quiero decir que hemos comido juntos varias veces.
Pero estas pocas reuniones que han tenido como excusa la comida han tenido como fundamento una intensa conexión vital que yo creo que viene dada porque los dos tenemos un profundo amor por nuestra profesión y algunas coincidencias en aficiones y somos apasionados de nuestras respectivas profesiones tanto como de nuestras aficiones.
En las sobremesas, he aprendido mucho de la experiencia de Eduard en el mundo editorial y de su habilidad literaria. Aunque habíamos hablado de la existencia de este libro, no me había desvelado más que algunas pinceladas de su contenido. Solo sabía que esta vez Flores, que también protagonizó los casos policiales de Codex 10 se vería envuelto en una historia mucho más compleja, que supondría nuevos retos para el policía y el autor literario.
El otro día, al enterarme de que había sido ya puesto a la venta su nuevo libro, «En el umbral de la muerte», me pasé por la web de Eduard. El libro se presentará próximamente en Barcelona y Figueres y en principio, con algunos libros pendientes de atención, no tenía prisa por abordar su lectura.
En la web encontré que puedes bajarte un archivo con las primeras páginas del libro y la curiosidad me llevó a leerlo. La lectura de esas 35 páginas, apenas un 10% del libro, despertaron en mi un deseo furibundo de seguir la lectura. Quien se atreva a descargar ese archivo tiene que tener en cuenta que puede ser presa del mismo efecto. Puede ser desagradable si no puedes conseguir inmediatamente un ejemplar del libro. Como era de noche y las librerías estaban cerradas, yo tuve que esperar al día siguiente.
Pero cuando ayer por la tarde el libro cayó en mis manos, lo empecé a leer de forma compulsiva hasta altas horas de la madrugada en que no tuve más remedio que rendirme al sueño. Hoy he dedicado todos los minutos libres, uno tras otro a acabar el libro con prioridad total.
Es de ese tipo de libros. Cuando empiezas no puedes dejarlo. La trama se sucede en cada párrafo, no hay ‘paja’, todo es argumento, acción, misterio, descubrimiento.
Los protagonistas y los procedimientos policiales están relatados con el realismo de quien los conoce de primera mano y disfruta de esa facilidad para transmitirnos el paisaje y las impresiones con una prosa fácil de leer, fluida, sin construcciones artificiales, con los adjetivos necesarios, elegidos de forma precisa y natural.
La estructura argumental de la novela es original y sólida, sin abusar de los recursos literarios y con el agradable estilo de los clásicos del género al tiempo que aderezado de los elementos modernos como internet y las tecnologías de nuestro tiempo que usados con acierto se integran en la novela sin deformar el aspecto atemporal de su historia, una característica reservada a los clásicos, que pueden ubicarse en cualquier época y por ello prevalecen al paso del tiempo y el cambio de las modas.
Me ha gustado especialmente el uso del BookCrossing, una actividad en la que aunque me di de alta como usuario hace tiempo, aun no he podido estrenarme, como le ocurre a uno de los protagonistas al principio del libro. Quizás ahora que «En el umbral de la muerte» integra en su argumento esta actividad en Figueres, se anime la ‘liberación’ de libros en esta zona.
Soy consciente de que he desvelado poco del argumento del libro. En la propia web del autor y otras criticas puede encontrarse con facilidad esa reseña yo dejaré que cada lector la descubra por si mismo, seguro de que disfrutará al hacerlo.
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