Uno de los elementos básicos de la vida es el carbono. A la química de los compuestos orgánicos que forman los seres vivos se le ha llamado ‘la química del carbono’ y es sin duda el elemento de la tabla periódica más estudiado.
Sin embargo hoy Google presenta una rótulo -el Doodle- interactivo en su página con una hermosa esfera sustituyendo a una de las letras del nombre del buscador que puede hacerse girar con el ratón. Al pasar por encima del doodle el puntero el ‘tip’ o letrero emergente de fondo amarillo nos indica que ese montaje conmemora el 25 aniversario del descubrimiento del Fullereno o Buckminsterfullereno. Eso quiere decir que el regordete y venerado manual de química que yo estudié en la carrera, que recibía el nombre de sus autores, el Babor/Ibarz está completamente desfasado.
Hasta donde yo estudié, las formas naturales y estables del carbono eran «dos formas alotrópicas», el diamante y el grafito. De extraordinaria transparencia, dureza y fragilidad el primero, oscuro, resistente al calor y blando el segundo, el mismo elemento químico forma objetos tan diferentes como el lujosísimo y caro diamante y el modesto y útil lapicero.
El relato del descubrimiento por parte de los estadounidenses Robert F. Curl y Richard E. Smalley y el británico Harold W. Kroto es, igual que otras historias relacionadas con la ciencia, apasionante como una novela. Estos científicos recibieron por esta contribución que muchos no dudan en calificar la más importante de la química moderna, el premio Nobel en 1996.
No se trata, por supuesto ‘tan solo’ del descubrimiento de la tercera forma estable del carbono, sino una puerta que se ha abierto a toda una tecnología que va más allá de la química, junto a los nanotubos son la base de la nanotecnología uno de los campos con más futuro en la tecnología moderna.
En la foto que ilustra este artículo, el profesor Miquel Duran en un momento de su charla sobre el «Plan Bolonia», sostiene un modelo de molécula C60-He, una molecula de Buckminsterfullereno que encierra un átomo de Helio y que recientemente comentaba en una charla en Girona, el descubrimiento este verano de grandes cantidades de C60 en el espacio, objeto de un artículo en la prestigiosa revista Science de Julio de 2010.
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No suelo usar Internet Explorer, pero esta mañana he podido ver este post con el infame navegador de Microsoft.
Resulta que después de romperme la cabeza para que se vea solo un clip de la imagen, el explorer la presenta entera y encima del texto.
El código HTML que he usado es correcto con arreglo a los estándares del W3C, asi que no me apetece demasiado cambiarlo. Que cambien los de Micro$oft y hagan un navegador decente y estándar.
Para mis sufridos lectores, que se merecen toda mi atención y respeto, dejo aquí la solución: