Yo soy un lector compulsivo. De pequeño me gustaban los ‘tebeos’ y tambien los libros. Quizás la época en la que he leido más intensamente fué mi época de estudiante. En la Academia salia a algo más de un libro por semana. Teniendo en cuenta que pocos eran de aplicación en los exámenes, tengo que admitir que la lectura tuvo una influencia (positiva) en mi educación y una influencia (negativa) en mis calificaciones. No me arrepiento en absoluto de aquellas maratones lectoras que me llevaron a descubrir autores como Jean Larteguy, Frederick Forsyth, Isaac Asimov y tantos otros.
Después de la carrera he sido un lector muy irregular. A lo mejor leia dos o tres libros seguidos y pasaba una época sin leer. He leido, por supuesto, muchisimo relacionado con mis aficiones: la historia, la aeronautica, la informática…pero en lo relativo a la literatura y la ficción se podria decir que cada vez leo menos.
Hace unos dias, sin embargo, me volvió a pasar algo que hacía tiempo que no me ocurría. Me quedé ‘enganchado’ con un libro y tuve que dedicarme a llerlo todo el tiempo libre disponible, acostándome tarde y madrugando para acabarlo en dos días.
El libro en cuestión es ‘La Catedral del Mar’, ambientado en Barcelona en los años en que se construyó el templo de Santa María del Mar, entre 1329 y 1383. Es sin duda alguna, una de las iglesias mas bellas del mundo y un ejemplo límpio y diáfano del gótico catalán. He visto en Flickr alguna foto impresionante, me gustaría poner aqui las mias propias, pero no tengo ninguna tan espectacular. Cuando vuelva a Barcelona tengo que hacer alguna.
Además de una trama interesantísima que no desvelaré para no privar a los futuros lectores del placer de su lectura, la novela presenta una serie de hechos históricos y aspectos de la vida de la Barcelona medieval de gran interés, perfectamente integrados en el relato al que no entorpecen y con una serie de detalles y aclaraciones sobre donde llega su exactitud y donde el autor ha hecho uso de su imaginación, un detalle de honestidad que es de agradecer.
Agradecimiento que el autor expresa hacia su esposa Carmen. Teniendo en cuenta que según dice en la solapa, este abogado de Barcelona es padre de cuatro hijos, todos los lectores de su obra que somos padres tenemos que coincidir en el agradecimiento a Carmen, porque cuatro criaturas no parecen ser la mejor compañia para concentrarse en la escritura. En fin, no quiero extenderme más, solo recomendar para estas vacaciones la lectura del libro que espero os entretendrá y hará pasar un buen rato y por que no, animar a todo el que no la conozca para que visite Santa María del Mar en Barcelona.