El otro dia Juan Sol me dio la dirección de Javier Sierra, al que conocí en su casa. Quería escribirle para pedirle su opinión sobre esta web y no lo había hecho aún en parte por la pereza del verano y en parte por esa mezcla de modestia, timidez, educación y miedo a hacer el ridículo -lo confieso: más que a molestar – que a los que nos llaman frecuentemente ‘caraduras’ nos asalta en la intimidad.
Como suele ocurrir a veces con otras coincidencias, como pasa cuando tienes una herida o un punto donde aún duele un golpe reciente, que todos los tropiezos y golpes siguientes van a parar al mismo punto, de esa misma forma ocurrió como si al pensar en Javier hubiera conjurado los recuerdos de sus libros, y recuerdos o comentarios de estos han vuelto a hacerse presentes durante estos días. En un par de ocasiones me he visto recomendando a varios amigos ‘La Dama Azul’.
No confundir con La dama de azul un relato de Noëlle Châtelet que he encontrado hurgando en Google, y que yo no he leído, aunque es posible que una vez hallado lo haga, pues parece interesante, sobre todo cuando la edad nos va acercando a lo que llamamos la «mediana edad» aunque se trata simplemente de la segunda mitad de la vida y al parecer el libro muestra que no ha de ser necesariamente la peor mitad. Gaudeamus igitur…
Aunque no es el primer libro que leí de Javier, la memoria siempre me engaña y me lo parece, pues fue después de leerlo cuando me dí cuenta que Javier no es un autor convencional sino uno de esos genios que es capaz de atraparte en una trama tan interesante como solida y congruente y hacerte devorar el libro casi de una sentada y quedarte con ganas de más.
La Dama Azul combina perfectamente el misterio con la novela histórica, las aventuras y la intriga creíble con una tarea de documentación que trasciende la propia trama. El argumento gira en torno a una monja del siglo XVII, venerada como una santa, de la que se decía que poseía el don de la bilocación – osea, de estar en dos sitios al mismo tiempo – y de una intriga que sobreviene trescientos años después.
A mi no me gusta destripar los libros porque tampoco me gusta que me los destripen. Merece la pena leerlo y descubrir personalmente sus claves, sus misterios y sus revelaciones sorprendentes. Luego cada uno que saque sus conclusiones. Javier Sierra es honrado y no nos impone las suyas ni hace trampas amparándose en su poder como autor.
Confieso que una de las cosas que me sorprendió de Javier es que un chico tan serio apareciera en una bazofia de programa como ‘Crónicas Marcianas’. Tenía un microespacio un día de la semana para hablar de temas misteriosos. Me costó bastantes meses llegar a una conjunción en la que mi memoria, el sueño y mi paciencia me permitieran ver el programa. Bueno, en realidad lo grabé porque él salia al final y aquel bodrio televisivo era insufrible.
A pesar de esta y otras ocupaciones tanto o más sospechosas, se trata de un autor capaz de escribir libros no solo serios sino también apasionantes, en absoluto limitados en exclusiva a los amantes de lo misterioso, sino aptos para cualquier lector inteligente, algunos de los cuales ya se han convertido en éxitos editoriales y sobre los cuales escribiré otro día porque hoy me caigo de sueño.