Uno de los primeros recursos que resultaron críticos durante la pandemia del COVID-19 fueron las plazas en las unidades de cuidados intensivos y especialmente los respiradores.
Con vidas en juego, la tecnología dio respuestas rápidas y acertadas.
El resultado fue un diseño fácil de fabricar, barato y fiable que bajo una licencia libre (Open Hardware) ha llegado a sesenta países, como un mensajero de la capacidad española para el diseño industrial.
En la fábrica de SEAT en Martorell, con engranajes impresos en 3D, ejes de cajas de cambios y el motor adaptado de un limpiaparabrisas, el proyecto tomó forma. El objetivo era fabricar los respiradores con la máxima calidad y todos las garantías de seguridad industrial y sanitaria.
Tras su aprobación por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios la producción empezó el día 3 de abril, a un ritmo de 300 respiradores por día e una cadena de la fábrica que se reconfiguró para tal fin. La producción se detuvo el dia 11 de abril, al cesar los pedidos de los hospitales, debido a la mejora en la situación.
En el proyecto han participado once entidades, que han unido sus esfuerzos para allanar el camino que requiere un producto desde la mesa de diseño a su uso operativo.
El viernes 10/04/2020 se detuvo la producción como consecuencia del descenso de pacientes de UCI por la COVID-19, aunque la compañía señaló en un comunicado que «retomaría la producción de respiradores de emergencia si recibiera nuevas peticiones por parte de los hospitales».