El cuaderno de Poznań

Mi cuaderno de dibujo para acudir al Simposio Internacional de los Urban Sketchers en Poznań, ya está listo.
Llevaba tiempo pensando en cómo lo haría así que al principio de esta semana, cuando volvimos de Francia, me puse con ello.
Tenía que decidir qué tipo de encuadernación iba a usar. Ninguno de los cuadernos de cosido francés que he hecho me ha quedado bien el fracaso del cuaderno treinta y cinco, el del Simposio de Argentina, al que a última hora le tuve que hacer una chapuza de lomo porque me salió mal, pesaba mucho.
La solución fácil era hacer un cosido copto: esos cuadernos son sencillos y es difícil cagarla. Pero no me gustan tanto y el desafío era hacer un cuaderno con lomo y tapas duros que se abriera a 180º sin romperse.

Cuaderno 39

El papel elegido para las páginas son de un cuaderno de Magnani1404, que compré a mitad de precio en una oferta de Vicente Piera por unos 11€. Sus 20 hojas son de 20×50 cm. y su papel de 300gr. Está fabricado en Italia, es 100% algodón completamente ausente de ácidos y derivados del cloro, lo que lo hace muy resistente al amarilleo por acción de los rayos UV y mejora la conservación y reproducción de los colores aplicados.
Lo elegí en grano fino que es la textura que más me gusta en mis cuadernos.
Cada hoja del cuaderno, doblada por la mitad se convierte en un pliego. Con tres de ellos hago un cuadernillo. He usado 18 hojas para hacer seis pliegos y hacer un cuaderno de 36 hojas, 72 páginas de 20×25.
En base a lo que dibujé en Oporto y en Buenos Aires, no creo que me falte papel. Me llevaré también el cuaderno (Art Creation – Talens) número 36, de 12x12cm., al que le quedan 22 dobles páginas, suficiente también para toda la semana y el cuaderno 38, de 14x14cm. con páginas de color gris, que mi hija compró en Action y me regaló.
Así que si no vuelvo cargado de dibujos, no será por falta de papel.
El de Poznań será el cuaderno 39. Separé y doblé las páginas el lunes, las cosí el martes, monté el cuerpo el miércoles con sus falsas cabeceras, su cinta de marca y una tira de tartana de refuerzo.
Las tapas las hice el miércoles. Use para forro una tela estampada con motivos de papelería en blanco sobre fondo azul. Pegué sobre ella las tapas, reutilizadas de un libro de propaganda viejo recortadas al tamaño adecuado y dejando separación entre ellas para el lomo. En ese hueco, donde se suele pegar otra tira de cartón para dar cuerpo al lomo, puse solo una tira de loneta pegada a la tela y a las tapas por dentro.
Usé una cinta elástica ancha para la banda que mantiene el cuaderno cerrado cuando no se usa y finalmente monté el libro.
Está siempre me parece una fase muy crítica, pero está vez lo era más pues los márgenes entre el ancho y alto de las hojas y los de las tapas eran muy pequeños y por tanto la probabilidad de que una equivocación derivara en un desastre total, era grande. No salió perfecto, pero era aceptable. Puse el libro entre dos planchas de madera, con varios libros voluminosos y pesados encima para hacer de plancha y, … a esperar.
Está mañana he examinado el resultado y tiene algún defectillo, pero es completamente funcional.
Debería haberle dado al menos cuatro milímetros más de ancho al lomo, pero se abre 180º.
No me he decidido sobre la portada, no creo que me dé tiempo a dibujarla antes de salir, pero eso es otra historia y ya se andará.

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