El pasado mes de agosto, por intermediación de un amigo común, Rubén García Cebollero me envió su recientemente escrita «Ebro 1938». Solo el nombre ya da una idea del contenido o el marco de la misma: La Batalla del Ebro durante la Guerra Civil Española. Me hizo mucha ilusión y lo considero un privilegio ya que la obra no salía a la venta hasta el mes de octubre.
Según me cuenta el autor, empezó a investigar la batalla del Ebro en 1998 y una versión anterior de la novela quedó finalista del Premio Planeta en 2004. En internet, el autor mantiene un blog sobre su obra.
Me leí la obra con muchisimo cariño y conseguí acabarla en un tiempo prudencial, pero cuando me planteé escribir este artículo con un comentario de mis impresiones, me quedé atascado. La razón es que la obra no me había gustado. Dicho así parece muy sencillo, lees un libro y te gusta o no te gusta y ya está. Pero a pesar de no haberme gustado, reconozco en el libro varios aspectos muy meritorios y pensé que Raúl merecia una respuesta más elaborada que ‘tu libro no me ha gustado’. Sentí la necesidad de justificarme o al menos de explicarme porque como no soy un crítico literario no tengo ninguna autoridad para hablar ex-catedra, pero como tengo ojos y sesera como cualquiera, puedo razonar lo que digo. Ha pasado el tiempo y el libro no se me ha olvidado. He ido dándole vueltas creo que ya tengo las claves de lo que me ha gustado y lo que no.
Tengo que decir que la obra refleja un monumental trabajo de documentación. Esto es sin duda una cualidad, pero creo que a su vez es un handicap para la obra ya que aquel lector que busca la historia de la novela en lugar la novela de la historia se ve arrollado por un alud de datos, más propios de un libro para eruditos que de una obra de ficción. Una cosa es enmarcar la novela en unos hechos ciertos históricamente y otra escribir un libro de historia.
A fin de reflejar todos los aspectos de la batalla la novela tiene múltiples personajes retratados en escenas breves. Lo malo es que a mi me parecieron tan breves que a mitad de libro aun andaba perdido sobre la identidad de los personajes y en muchas escenas no conseguía ubicarme. Los rápidos cambios de escenario unidos a los excesivos detalles históricos es quizás lo que ha formado mi mala opinion sobre el libro. Entre tanta hojarasca está la historia de Basilio de una ternura y una dureza increible que sin duda es la espina dorsal del libro y acredita por si sola las posibilidades del autor.
En definitiva creo que el problema ha sido mezclar churras con merinas. Si historia, historia, si novela, novela. Contar una historia es sin duda complicado, pero al lector le debe resultar sencillo seguirla. Como en los dibujos, hay un momento para pararse, no descender más en el detalle, no seguir añadiendo adjetivos y dejar el paisaje borroso, como en el retrato fotográfico, para que el lector pueda concentrarse en la historia central del argumento, sin perderse en los detalles, por meritorio que sea haberse tomado el trabajo de recopilarlos.
Según las noticias que me han llegado, el libro ha tenido una buena acogida del público y de la crítica, parece ser, por suerte para el autor, que mi opinión no es compartida. Además se está produciendo una película sobre la batalla del Ebro, basada en la novela y en la que Rubén actúa como guionista. Yo desde luego, le deseo el más grande de los éxitos, también soy muy crítico con muchos -casi todos- los libros de Pérez Reverte y mira que bien le va al académico de Cartagena.
17/02/2010 Actualización: Entrevista con el autor, Rubén García Cebollero por Rosa Ramos Frigola en «Letralia, Tierra de letras»
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