Mercedes ha traído de la Biblioteca un libro del que ella ya había oído hablar y como el tema es la nutrición, en principio no me ha parecido muy interesante, pero le he echado un vistazo y he podido comprobar que recoge algunas ideas bastante curiosas e interesantes, algunas que ya había oído (a Mercedes sobre todo), pero ha sido interesante poder hacerme un resumen por mi mismo.
El autor, Michael Pollan, es periodista y escritor. Colaborador habitual en The New York Times Magazine, ha recibido numerosos premios periodísticos y además, imparte clases sobre periodismo científico y medioambiental en la Universidad de Berkeley.
Aunque es muy centrado en los hábitos norteamericanos, su tesis general es que básicamente casi todo lo que comemos es basura por obra y gracia de la industria alimentaria.
El libro del detective del supermercado abunda en estas ideas descubriendo la trampa y el cartón de tanto producto envasado y finalizando con unas recomendaciones tan curiosas como interesantes que os desvelaré aquí por si no queréis sufrir la dosis completa de cruda realidad que proporciona su lectura.
El autor nos da una serie de consejos, el primero de los cuales sería ‘escapar del nutricionismo’ que viene a ser algo como no hacer ni caso a todas las estupideces que se leen y oyen sobre dietas y hacer lo que el hombre ha hecho desde hace miles de años hasta que se inventó la ‘industria alimentaria’, a saber: 1) coma comida, 2) plantas en su mayor parte, 3) no mucha.
Es realmente divertido cuando define que es ‘comida’. Por ejemplo dice que no es conveniente comer nada que nuestra abuela -o bisabuela- no reconocería como comida. No es comida nada que lleve más de cinco ingredientes en la etiqueta o incluya jarabe de maiz (¿Jarabe de glucosa?), componentes de los que no hemos oído hablar, que tengan nombres impronunciables o cuyo nombre contiene números. Tambien recomienda evitar los productos que se presentan como saludables o con propiedades beneficiosas.
Otras recomendaciones son pura sabiduria sobre como funciona el marketing, como por ejemplo la de ‘comprar en la periferia del supermercado’ porque los productos más elaborados suelen situarse en el centro del mismo, salir cuanto antes del supermercado (yo añadiría: ¡no vayas a comprar con hambre!).
Aunque recomienda «comer sobre todo plantas» (y sobre todo hojas) el autor no es en absoluto un vegetariano, recomienda «comer como un omnivoro» pero evitando los excesos de grasas y carnes rojas. También recomienda usar el congelador y comer productos silvestres y los cultivados en tierras sanas, es decir, biológicos, pero de verdad, no de etiqueta.
Una recomendación sorprendente es la de «sea el tipo de persona que toma suplementos»…a partir de los cincuenta. (Ahi me ha dado!). Sobre el tipo de dieta acaba recomendando comer cualquier tipo de dieta tradicional. Al fin y al cabo ha alimentado a sus seguidores durante milenios. Pero es que es americano. Aquí simplemente diríamos, «dieta mediterránea» ¿para que ir más lejos a buscar?. Pero también advierte: «no espere encontrar la panacea en la dieta tradicional» y «tome una copa de vino con la cena»
Sobre «No comer demasiado» intenta definir cuanto es «demasiado» que es algo difícil de precisar, pero algo que ayuda es «hacer comidas», entendidas como ese acto del horario tradicional, hacerlas sentado en la mesa y en compañía, comiendo despacio. Y el último punto de esta guía es «cocine y si es posible, cultive un huerto».
Autor: Michael Pollan
Título: «El detective en el Supermercado»
Editorial: Temas de Hoy
ISBN13: 9788484607489
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