«La educación de las personas, especialmente durante los primeros años de vida, es fundamental para su desarrollo posterior. Los políticos deberían tener muy presente que el cerebro es manipulable y que la educación es estratégica para construir buenos ciudadanos».
¿Qué tiene que aprender la política de la ciencia?. Javier de Felipe, profesor e investigador del Instituto de Neurobiología Ramón y Cajal. Barcelona 17/07/2004
Esta tarde he tenido ocasión de asistir a la última conferencia del segundo ciclo organizado por el Museu de la Técnica de l’Empordà . Por suerte el tercer ciclo empieza sin interrupción el mes que viene.
Como en otras ocasiones la conferencia ha sido sumamente interesante y quizás la más densa de las he tenido ocasión de asistir. Estaba a cargo de Javier de Felipe, eminente investigador del Instituto de Neurobiología Ramón y Cajal que no nos ha dejado ninguna duda sobre su capacidad de divulgador científico y nos ha hecho plantearnos muchísimos más interrogantes de los que daba tiempo a resolver en el transcurso de la conferencia, a pesar de que esta se ha prolongado hasta hacer incómoda cualquier postura en la silla.
Cualquier intento por mi parte de resumir las interesantísimas explicaciones del conferenciante sería pretencioso, lo que yo pueda contar se quedará simplemente en la anécdota y en unas breves impresiones sobre el torrente de información que se ha expuesto. Muchas de las cosas que había estudiado en el bachillerato sobre las neuronas y el cerebro he descubierto que han sido superadas por las últimas investigaciones (Eso pasa, sobre todo, cuando hace mucho tiempo que acabaste el bachillerato…), al tiempo que nos hemos podido asomar a unas atractivas presentaciones sobre la historia de la neurociencia, la evolución del estudio del cerebro y la morfología de las neuronas.
Varias son las sensaciones que me da la impresión que Javier De Felipe ha querido transmitirnos. La primera de ellas, la compleja belleza de la estructura cerebral, el misterio del funcionamiento de un órgano tan vital y tan relacionado con la condición humana, al tiempo que la facilidad con la que puede engancharte la pasión por conocer. Poseído de esa pasión, expresando los datos con claridad y apoyado en imágenes elegidas con acierto, nos ha mostrado las sorprendentes formas de los ‘circuitos’ cerebrales a los que poéticamente ha llamado ‘las mariposas de la mente’. La segunda, probablemente la más importante, el hecho de que la capacidad y potencia de un cerebro no se mide tanto en su peso o la extensión de su corteza, plasmada en los pliegues que forma para aumentar su superficie, sino que tiene una relación directa con la complejidad de las estructuras neuronales y las ‘espinas’ que los cubren ya que son estas espinas las que realizan las conexiones con otras neuronas y asimismo las que guardan la información.
Ha resultado sorprendente verse mover una neurona, haciendo crecer nuevas espinas en función del estímulo aplicado. Esta capacidad de las neuronas de crecer y aumentar sus conexiones y por tanto de dotar de mayor complejidad y capacidad al cerebro, lo ha relacionado directamente con la enseñanza, insistiendo una y otra vez en la importancia de la educación, en la responsabilidad de cultivar las capacidades y potenciales de los jóvenes para convertirlos en personas en plenitud.
Tras una conferencia ya de por si extensa, hemos tenido que sufrir la insistencia de aquellos que no se resignaban a irse sin exponer sus preguntas, poco conscientes de que todos teníamos preguntas interesantes en el cargador, pero que si nos liamos a hacerlas, con las de cada uno podríamos haber estado allí hasta el amanecer. No quiero desmerecer la crónica de esta interesante charla afilando las espinas con mis apreciaciones sobre los apostillantes, pero anotaré en algún sitio dos o tres ideas para dedicarles una entrada que espero conseguir tan ácida como merecen.