Museo de la retirada

La semana pasada pude ir a ver el Museo de la Retirada, en Camprodón. Cuando se inauguró este verano no pude ir porque estaba fuera de Figueres y le había prometido a Alejandro Cuadrado, su propietario que buscaría un día para acercarme a verlo.
El museo es una modesta pero interesante exposición de la colección particular de Alejandro. Aficionado a la historia es una de esas personas que ha hecho posible que muchas cosas que en su día solo eran trastos viejos se conviertan en antiguas y hoy puedan darnos testimonio de un pasado que es patrimonio de todos.
Por una parte están las armas abandonadas por el Ejército republicano en su retirada. Todas están expuestas con el óxido y hasta casi con el barro que se acumuló durante años hasta que Cuadrado y su incansable amigo Luis armados de sus detectores de metales las encontraron y recuperaron. Alejandro dice que no las ha limpiado porque de alguna forma se perdería la historia que nos cuentan, de derrota, abandono y olvido. En la exposición se muestran algunas armas singulares, como un par se subfusiles ametralladores fabricados en por la industria de guerra de Cataluña durante la guerra civil, además de numerosos ejemplares de granadas de mano de diversas procedencias.
La otra parte del museo es mucho más entrañable y está formada por una serie de objetos que forman parte de la vida y la historia de la familia Cuadrado: carros de mano, un cochecito de niño, uno de los vehículos que usaba su padre,…carnets y documentos, muebles prendas de vestir nos llevan a otra época y nos asombran por su magnífico estado de conservación.
Por último algunos documentos recopilados por Alejandro como coleccionista y adquiridos o encontrados en su propia casa: publicaciones y carteles de la posguerra, portadas de periódicos.
Siempre me parece meritorio que esta preocupación por la conservación de documentación y patrimonio tenga una iniciativa privada cuando a veces las instituciones públicas parecen usar criterios ajenos al mero interés histórico para distribuir los presupuestos. Por eso esperamos que la iniciativa de Alejandro salga adelante y pronto veamos importantes mejoras en su museo.

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