Pues mira, me ha hecho un poco de ilusión y todo. No todos los días le nombran a uno ‘Personaje del Año’ y ocupa la portada de la revista TIME que es una revista americana que lee mucha gente y que yo usaba a veces para mejorar mi inglés.
Entre los razonamientos que justifican esta curiosa decisión, Lev Grossman, editor de la revista escribe los siguientes:
«La nueva Web es algo completamente diferente. Es una herramienta para reunir las pequeñas contribuciones de millones de gente y darles audiencia. Unos consultores de Silicon Valley lo han llamado Web 2.0 como si fuese una nueva versión de un viejo software. Pero realmente, es una revolución.
(…)
¿Quiénes son esta gente? En serio, Quien llega cansado después de un largo día en el trabajo y dice: no voy a ver «Perdidos» esta noche, voy a conectar mi ordenador y …¿haré una película protagonizada por mi iguana? ¿Mezclaré diez céntimos de voces con la música de Queen’s?, ¿Escribiré algo en mi blog sobre mi estado de ánimo o el estado de la nación o las patatas fritas de la nueva tasca de abajo en mi calle? ¿Quien tendría ese tiempo, esa energía y esa pasión?
La respuesta eres tú. Y por agarrar las riendas de los medios globales, por fundar y enmarcar la nueva democracia digital, por trabajar a cambio de nada y batir a los profesionales en su propio terreno, el Personaje del del año de TIME en 2006 eres tú.»
Bien, pues no sé si la cosa merece tanto bombo. Mucha gente escribiendo. Si solo eso permite ‘batir a los profesionales en su terreno’, estos profesionales se lo tendrían que hacer mirar. Por otra parte, lo importante no es el número de los que escriben, sino de los que leen. Cualquiera puede llenar un blog de chorradas incoherentes -como este mismo- y la acumulación de tonterías difícilmente constituiría una revolución. Como mucho, alboroto.
Y si las ideas son sabias y coherentes, propugnan con belleza la verdad, …aún les faltaría la acción transformadora, el cambio radical que justifique el apelativo de revolucionario, que ya me lo decía mi padre: «obras son amores y no buenas razones»
Para que la web 2.0 se convierta en una auténtica revolución generadora de esa democracia digital tan cacareada debe preñarse primero de un mensaje coherente debe dar a luz una idea verdadera, justa y atractiva y esa idea debe crecer en el corazón y en la mente de los ciudadanos -que como tales son los únicos con patente de revolucionarios- impulsándoles a cambiar radicalmente nuestra sociedad. Mientras tanto, perdonadme, pero a mi me parece que TIME no tenía claro quien le podía quedar bonito en la portada y han pensado que esto de dar coba al internauta en el altar de la modernidad geek les traería más ventas.