Había probado las estilográficas Platinum «preppy» que me han dado buenos resultados y que compré a muy buen precio, a través de internet porque en las tiendas físicas en España no son fáciles de encontrar.
Tampoco este modelo Penfount parece muy conocido. Cuando lo descubrí llamó inmediatamente mi atención ya que mientras las preppy tienen un diseño funcional que intenta transmitir la imagen de un objeto de escritura práctico y económico -algo que sin duda es- la Penfount es una concesión al diseño «serio». Sus líneas elegantes de un clásico actualizado a Bauhaus y sus colores sobrios y poco llamativos indican que va dirigida a otro sector del mercado, entre los estudiantes de secundaria y los trabajadores de cuello blanco que pueden sacar esta pluma del bolsillo interior de la americana sin tener que dar explicaciones ni avergonzarse lo más mínimo.
El cambio de diseño en las preppy, con profusión de temas infantiles parece reforzar la idea de que han dividido el nicho de mercado de estas en dos: el escolar y el junior.
Los precios también marcan está diferencia. La Penfount es algo más cara aunque se mantiene en unos límites más que razonables, especialmente teniendo en cuenta su calidad.
Me costó decidirme al elegir el color. La última duda fué entre el azul y este verde oscuro. No quiero ceder a los impulsos de coleccionista, pero no puedo garantizar que más adelante no me haga con un ejemplar azul.
Sobre el desempeño como instrumento de escritura hay poco que decir. Hace ya unos meses que la uso. El plumín, de ancho 03, equivalente a un F, se desliza suavemente sobre el papel. El flujo es adecuado y el agarre cómodo, la pluma pesa poco y se acomoda bien en mi mano, tanto extendida como sin el capuchón.
No he tenido con ella episodios de escapes de tinta. A pesar de tenerla varios días sin uso tampoco se ha quedado seca. El doble capuchón cumple su función.
La tengo entintada con Jacques Herbin color «Myosotis» (azul «no me olvides») y el flujo de tinta es adecuado. Curiosamente confiere a la escritura un tono claramente más pálido que el que traza mi Lamy Studio con plumín EF, la razón de lo cual desconozco completamente.
Aunque la pluma está diseñada para los cartuchos propietarios de Platinum, cuando la compré pedí un adaptador de la marca para poder usar cartuchos internacionales estándar. La existencia de este artilugio me parece un acierto ya que, aunque recargo los cartuchos de cualquier tipo con una jeringuilla, no tengo que preocuparme de las existencias de cartuchos vacíos, ya que en mi repuesto los estándar son muy abundantes, y en caso de emergencia, mucho más fáciles de conseguir.
Ni que decir tiene que mi conclusión es que la Platinum Prefounte es un artículo de una fantástica relación entre su calidad y su precio, cuyo diseño elegante la hace apta para cualquier circunstancia y su ergonomía permite usarla durante periodos prolongados sin provocar cansancio.