Me encanta ese pequeño trípode: pesa poco y me permite colocar una pequeña cámara en sitios increíbles. Sin embargo sospecho que no se trata del modelo original. Este me costó realmente barato y con el tiempo las articulaciones de sus patas han perdido fuerza y por tanto la capacidad para quedarse en una determinada posición o agarrarse a un soporte.
Lo conservo porque en determinadas ocasiones sigue siendo insustituible, y es poco aparatoso. Además puede adaptarse a otros usos.
Me gusta más encontrar usos alternativos para los objetos cotidianos. Solucionar una necesidad con algo que tienes a mano es como hackear la vida. Una mezcla de satisfacción a lo Robinson Crusoe con toques de Nikola Tesla
En casa tenemos soportes para el teléfono. Son ese par de placas unidas en forma de bisagra donde al abrirla se encaja el teléfono, manteniendolo como un atril para ser visto.
Pero en nuestra situación actual, es difícil saber donde están las cosas. Nunca están a mano o incluso, nunca están en la misma casa que tú y tu teléfono.
Eso me ha hecho ver con otros ojos este trípode de patas flexibles. Un «punto de vista» que me ha sido me ha sido muy útil y que quiero compartir por si os resulta de utilidad.
¿Alguien más ha usado o creado un soporte de teléfono de ciscunstancias? Me encantaría tener noticias de ello.