A Mercedes le gusta pasear por la playa. sin duda el mar le recuerda su infancia en las cálidas costas del Mar Menor, pero el Mediterráneo, el Mar Mayor, menos cálido y acogedor, tiene otros regalos que ofrecer.
En invierno el temporal arroja a la playa interesantes objetos: piedras, conchas, cristales, huesos, maderas…de formas extrañas y texturas suavizadas por la erosión del oleaje y la arena. Mercedes encuentra y recoge una selección de los más llamativos y originales
En verano el paseo y los descubrimientos en la playa ya no se reducen a unas pocas horas de sol en un fin de semana singular, sino que se convierten en una actividad casi cotidiana y los tesoros de playa crecen hasta alcanzar un capital considerable.
Entonces surgen los proyectos artísticos: cuadros de conchas, tarros llenos de cristales pulidos, murales de palos, ramas y maderas secas. El recuerdo del mar en la tierra adentro. La añoranza del sol y la brisa, del salitre …y sobre todo, del murmullo de las olas que se mecen con su tierno arrullo, tan entrañable y tranquilizador.