Mercedes no puede hacer una sola cosa, tiene que llevar varias al mismo tiempo. Ha tenido épocas de «ver la televisión, hacer punto y llevar una conversación» o «hablar por teléfono (bendita tarifa plana), hacer la cena y programar el video».
Nunca ha sido una apasionada de la informática, pero se defiende bien. En su trabajo usa ordenadores y por eso decía que en casa no le apetecía. Solo su pasión por las cartas la llevaba a jugar alguna vez al solitario «Spider».
Como no soporta el desbarajuste, fue dejando de entrar en el estudio, que se convirtió de esa manera un poco en ‘mi feudo’ y la convenció para comprarse un portátil donde poder llevar las cuentas de la casa.
Asi lo hizo, entrando en la dinámica «cuentas de casa, canal satélite, conversación o cena». También pusimos un router inalámbrico y una cosa llevó a la otra, supongo que un día tuvo que consultar una receta en internet, encontró alguna otra que le pareció interesante, guardó la dirección, volvió al día siguiente…
No es que «ahora» esté «enganchada» a las recetas de cocina: es que lo ha estado «siempre«. En casa no se ha tirado una revista de cocina desde que nos casamos, y hemos comprado muchas, y Mercedes ha recortado sistemáticamente toda receta que trajera un periódico o una etiqueta o un paquete de algún producto desde siempre. Y si desde siempre ha tenido también buena mano para la cocina, la práctica la ha llevado a cotas sublimes.
Pero el tema de las recetas tenía un punto débil, la recuperación de la información. El proceso de «me parece que esta receta estaba en» no siempre tenía un final congruente. La informática ha venido, como en tantas otros campos de la ciencia a suplir estas carencias y Mercedes empezó a marcar las recetas en los «favoritos» de Firefox y acabó haciendo su página en del.icio.us .
Por ahora se resiste a crear su blog y prefiere decir que «tunea» las recetas a apropiárselas, aunque les cambie todo menos el nombre. Con su página en Flickr ha encontrado una forma fácil de compartirlas y extender en imágenes las conversaciones sobre el tema, en el trabajo, con las amigas o la familia, como si metiésemos a todos en nuestra cocina.
En general los resultados que obtiene son más que satisfactorios y sus «conejillos de indias» no nos dejaríamos arrebatar el puesto ni a estacazos, porque con todo motivo puede decirse que «el placer es nuestro», pero -no se lo digais a nadie- nosotros disimulamos y nos dejamos querer, incluso hacemos bromas sugiriendo que la intersección común de sus recetas actuales es el binomio “harina-horno”
El apodo informático que le puse, «Zeditas» es el recorte de «Merceditas». Aunque nadie la llama así, todos la conocemos como Mercedes, el diminutivo es un apelativo cariñoso que solo usaba con ella su abuela Carmen. Por eso aunque un poco a regañadientes, lo ha aceptado, porque a su abuela la quería lo que no está escrito, porque solo es en el ámbito de internet …y supongo que porque se lo he puesto yo, que debo ser la persona del mundo al que le aguanta más cosas, exclusivo privilegio que espero saber esforzarme para seguir mereciendo.
Nota: Editado el 26/03/2024 para corregir caracteres codificados erróneamente en el proceso de copias de seguridad y restauración.
Gracias… no sabes que útil me van ha ser esas recetas aquí en San Francisco…
Pues nada Germán, lo que te haga falta. Si necesitas ‘ampliación de datos’ pregunta por correo electrónico y procuraremos satisfacer tu curiosidad o necesidad de saber.
:-)