No me entretendré en precisiones técnicas o históricas sobre el bolígrafo que cualquier lector interesado puede encontrar por sí mismo en Wikipedia, pasaré directamente a un tema que frecuentemente el publico ignora o al que no se concede importancia pero que a mi me parece fundamental: las diferencias entre un «rollerball» y un «ballpoint».
Aunque nos asalte la tentación de inculpar a la Real Academia por negligencia y pereza, lo cierto que esta no puede sino seguir al uso y la práctica de los hablantes del idioma y quizás movidos por la tradicional apatía con la que miramos las cuestiones de la ciencia y la tecnología, los españoles nos hemos quedado con el nombré genérico de ‘bolígrafo’ para nombrar a todos los utensilios que distribuyen la tinta usando una bola giratoria como válvula de salida. Aunque ese es el principio genérico del funcionamiento de ambos utensilios, existen unas importantes diferencias y un gran salto tecnológico entre ambos.
El ballpoint es el bolígrafo tradicional. De tinta espesa y aceitosa cuesta más arrastrarlo por el papel y la intensidad del trazo puede ser de intensidad variable en función de la presión ejercida.
El rollerball responde a otra tecnología de mayor precisión en la construcción de las puntas y usa tintas al agua conocidas como ‘gel’ que fluyen con mayor facilidad creando un trazo de color más saturado mientras se desliza con facilidad sobre la superficie del papel. La necesidad de diferenciarlo del bolígrafo tradicional ha extendido el uso del barbarismo ‘rollerball‘ para nombrarlo.
En cuanto al diseño, mientras que muchos ballpoint (bolígrafos), especialmente los más lujosos tienen un mecanismo para escamotear la punta debajo de la carcasa cuando no se usan, prácticamente todos los rollerball tienen la punta fija y usan un capuchón como las plumas estilográficas para cubrirla cuando no se está usando.
En ambos casos se fabrican en diferentes anchos de punta que proporciona escrituras de diversos grosores, en ambos casos hay una amplia gama de precios y diseños, así como con tintas de diversos colores, aunque los ‘bolígrafos de gel’ de colores se caracterizan por la amplia gama e intensidad de los colores, que llegan a adoptar tonos metálicos o fosforescentes.
El trazo del rollerball puede a veces asimilarse al de una pluma de ancho fijo y cuando se usa para dibujar debe usarse la misma técnica que con la pluma, realizando rayas paralelas más o menos juntas para sombrear y variando levemente el grosor de la linea aunque no su intensidad en función de la presión sobre el papel.
El bolígrafo sin embargo puede usarse realizando escasa presión para depositar sobre el papel menos tinta y así formar áreas con rayados de diferentes intensidades o incluso degradados para realizar las sombras.
Pero donde realmente la superioridad tecnológica del rollerball arrasa al ballpoint o bolígrafo tradicional es en la escritura. Para mostrarlo de una forma práctica hice un pequeño experimento con los bolígrafos y rollerballs que tenía a mano, escribiendo sobre un papel un párrafo del famoso ‘Loren Ipsum’.
El primer párrafo está escrito con un Bic cristal. Aunque hay que hacer una presión ‘tipo medio’ para escribir, la punta se desliza bien sobre el papel y el trazo queda bien definido y saturado. Creo que es la escritura de referencia: por debajo es malo, mejorarlo indica calidad.
La siguiente muestra es un rolleball económico pero de escritura muy agradable, punta fina, trazo definido y color saturado que se desliza con suma facilidad sobre el papel. Después de los problemas de suministro con el Pilot vBall Grip, es el rollerball que más estoy usando y el que probablemente adoptaré como ‘estándar’.
La siguiente muestra es un ejemplo penoso de algo muy habitual en los bolígrafos de reclamo publicitario: Un aspecto exterior elegante, pero una escritura incómoda, que requiere gran presión sobre el papel para realizar un trazo irregular mal saturado incluso casi inexistente en algunos tramos. El efecto que surte como ‘reclamo’ supongo que es precisamente el contrario que pretende quien lo regala. No puede ser muy eficaz una empresa que no sabe ni tan siquiera elegir una herramienta de trabajo tan básica como un bolígrafo.
El siguiente párrafo está hecho con la versión ballpoint de «niceday». La densidad de color y el trazo es bueno pero hay que hacer más presión para escribir que con el comentado rollerball de la misma marca. En esto entiendo que también hay gustos para todo y quien está acostumbrado a usar bolígrafos ‘duros’ no encuentra cómodo escribir haciendo menos presión.
El Staedler Stic 430 me parece una mala copia del Bic Cristal. No consigue ni su densidad de color ni su regularidad en el trazo y requiere más presión para escribir. Parece mentira que una marca que se tiene por puntera haga un producto tan mediocre.
Pilot fabrica útiles de escritura fantásticos. El vBall Grip ha sido durante años mi rollerball estándar y lo he usado en tres colores (negro, azul,rojo) y dos anchos (0.5 y 0.7 mm) para escribir y dibujar. En el trabajo lo comprábamos por cajas y siempre tenía uno o varios a mano. Su escritura muy saturada y su trazo bien definido aún con una presión leve sobre el papel, junto a la comodidad de su empuñadura de goma lo hacen mi preferido.
Desgraciadamente, sin que pueda explicarme la razón ha desaparecido del mercado sin que la marca haya comercializado un sustituto digno de tal nombre. Aunque se comercializaba en grosores de .5 y .7, mi preferido es el .5, tanto para escribir como para dibujar. Lo echaré de menos.