A mi me gusta mucho dibujar, aunque disto bastante de hacerlo bien. No se trata en absoluto de falsa modestia, sino de un ejercicio de realismo. Si es cierto que habitualmente he dibujado mejor que la mayoría de los que me rodeaban, que desde su incapacidad ensalzaban mis habilidades.
Por tanto tampoco he osado jamás intentar pasar por artista. Lo mio es, simplemente un entretenimiento y a la hora de producir imágenes siempre he sido partidario de usar cualquier técnica o apoyo que me permitiera obtener el mejor resultado.
Después de leer el libro «Como dibujar y pintar 50 robots» llegué a la conclusión que la unica forma viable de crear un personaje robótico era construir un modelo en 3D y a partir de sus diferentes vistas, usadas como bocetos, detallar el dibujo. Desde entonces, a ratos perdidos he ido construyendo piezas y robots con Sketchup, el programa 3D gratuito de Google, sin que ninguno de ellos me convenciera.
Una vez realizado el modelo obtenía una copia en 2D de la vista que más me convencía despueés de probar varias y girarlo en Sketchup. Sobre esa imagen, convertida a TIF realizaba un boceto ‘a lapiz’ (en el Tablet PC) con Sketch Book Pro que retocaba en GIMP, para finalmente volver a Sketch Book para añadir algunos efectos que le den apariencia ‘artesanal’
Viendo algunas páginas de dibujantes de comics he visto que estos usan las mismas técnicas para levantar ‘decorados’ en 3D en los que mover a sus personajes, disminuyendo el tiempo y el esfuerzo en dibujar perspectivas o recordar detalles que el modelo 3D guarda perfectamente.
Un ejemplo muy interesante de esta técnica podemos verlo en el blog de Germano Bonazzi
Las ilustraciones que acompañan este artículo son burdos bocetos a medio realizar, que por falta de tiempo no he hecho avanzar de este estadio tan primitivo y de cuya viabilidad mecánica no puedo sentirme orgulloso. En realidad lo que les falta no es tiempo, sino dedicación, porque tiempo siempre tenemos, lo que pasa es que lo dedicamos a otra cosa.