Es lamentable que el ejercicio de los derechos de unos ciudadanos tenga que ser a costa de las libertades de otros.
Sin entrar demasiado en el caso particular de la huelga de transportistas, porque el caso es general, considero indignante y vergonzoso que la actividad de los piquetes sea impedir trabajar o abrir sus negocios a otros ciudadanos. La huelga deja de ser el ejercicio de un derecho constitucional para pasar a ser un vulgar acto de violencia.
Y es triste, muy triste que solo cuando se ha producido una muerte se hable de ‘energia’ en la protección de los derechos de la mayoría de los ciudadanos y de tranquilizar los ánimos, cuando la prensa lleva dándo bombo a la puñetera huelga casi una semana.
Pero si ayer mismo metieron el tema de la huelga hasta en una receta de cocina y mientras el cocinero explicaba como asar un chuletero le preguntaron si le afectaba mucho la huelga. No se si esperaban que subiera la temperatura del horno o resecase la carne el hecho de que los empresarios del transporte no ganen ni para las letras del camión.
Pero eso si, mientras comentan todas estas sandeces irrelevantes, los medios no se ocupan del Gasoil de verano.