Desde mi más tierna infancia los «Supersónicos» o los «Thunderbirds» tenían coches voladores. En la libreta de los dibujos, a los seis o siete años yo también dibujaba coches voladores como premonición futurista.
Sin embargo un ligero barniz de aerondinámica hizo enseguida preveer que la posibilidad de esos coches voladores era remota y que un tráfico de vehículos aéreos por la ciudad podría ser más caótico incluso que los atascos a ras de suelo, como bien pudimos ver en «El quinto elemento».
Sin embargo está visto que nuestra capacidad de asombro ha de ser constantemente ampliada para dar cabida a la realidad, mucho más atrevida que la más fantástica imaginación infantil y hoy se prepara para el asalto a las cadenas de producción un vehículo utilitario aéreo. Para el que pueda estar interesado el fabricante lo ofrece en lotes de 25 o más al módico precio de unos $995000 (731618 €), pero si tiene éxito en breve podríamos ver subir el tráfico hasta la altura del tercer piso.