El bar de Makram

Buscábamos una taberna o similar llamada «Fidelio» en la que según el ya mencionado libro guía servían con acierto y a buen precio ensaladas y tablas de quesos acompañadas de vinos. En el mismo lugar que debía estar había un local con el único letrero de «vinería» sin mas indicaciones sin carta ni precios en la puerta o a la vista y para colmo, muy poco concurrido.

No sabíamos que hacer, porque los indicadores no aconsejaban entrar y a mi no me gustan los restaurantes que no tienen la carta en la puerta. Pero habíamos andado mucho y las otras opciones pasaban por cenar pizza y nosotros queríamos cenar de ensalada.

Quedamos de acuerdo en entrar y mirar la carta y si no nos complacía, hacer como los «guiris»: levantarnos e irnos. En la carta encontramos lo que buscábamos y nos pedimos una ensalada, un plato de quesos variados y un plato de lasaña acompañado de un cuarto de litro del vino de la casa. El vino de la casa era bastante corriente.

Mientras nos traían la cena, el mantel de papel blanco me pedía a gritos que dibujase algo. Quizás la inspiración fue un cuadro que tenia enfrente en la pared, el caso es que empecé a dibujar a Mercedes mientras ella me echaba una foto y seguí dibujando todo lo que la rodeaba. Al camarero, que resultó ser el propietario le hizo gracia y me cambió el mantel para que pudiera dibujar a gusto. Durante la cena lo fui completando y ello nos llevó a una amena charla con Makram, que así se llamaba el dueño del local.

Makram es un egipcio de religión cristiana, tiene más o menos mi edad y llegó a Italia en los ochenta. Resultó ser un hombre muy agradable, de charla amena y carácter afable. A pesar de la barrera del idioma conectamos bastante bien. Nos invitó a un refrescante vino Frisanti y naturalmente le regalamos el improvisado dibujo en el mantel con una rima incluida:

Aqui hemos venido
hambrientos y cansados
hemos bebido vino
y hemos comido sano

Si el precio lo merece,
volveremos a encontrarnos
siempre que a Roma vuelva
y tenga que repostar

No es una maravilla de métrica y rima, pero sobre la marcha es lo que me salió. Aunque en España es frecuente acostarse muy tarde si estas a gusto acompañado de los amigos y de un buen vino, pensamos que aquella gente tendría que trabajar al día siguiente, no como nosotros que estábamos de vacaciones. Por otra parte, estábamos cansados de patear Roma y al día siguiente queríamos salir de excursión.

Nos despedimos de Makram, intercambiamos la dirección de correo electrónico y yo le dejé la de «mis» páginas web. Nos hizo prometer que volveríamos a pasar antes de irnos de Roma. La dirección iba en una tarjeta que pusimos en el libro y se perdió, aunque si volvimos a vernos antes de irnos de Roma. Espero que Makram lea esto y nos escriba para no perder el contacto.

MAKRAM: Noi abbiamo perso la carta con i vostri email, per favore, scrivali noi

Nota: Editado el 26/03/2024 para corregir caracteres codificados erróneamente en el proceso de copias de seguridad y restauración.

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