El bombardeo del Liceo Escolar

Cuando era pequeño, en Lleida, paseando de la mano de mi madre por la calle Blondel, recuerdo un solar situado delante del paso o jardín que hay entre lo que era la Comandancia de la Guardia Civil y el Hospital de Santa María. En la pared del edificio contiguo, a la altura de lo que debía haber sido el segundo piso había un lavabo tenazmente adosado a la pared. Yo pedía a mi madre que me repitiera la historia: «Mamá, ¿ese es lavabo donde estaba el tío Andrónico?», mi madre me decía que si, que allí estaba mi tío el día del bombardeo del colegio y que gracias a eso se salvó milagrosamente, siendo rescatado de entre los cascotes con alguna brecha en la cabeza.
El colegio, al que además de mi tío iba mi padre y sus otros hermanos era el Liceo Escolar y en medio de la guerra civil se hundió al ser bombardeado el día 2 de noviembre de 1937. Mi padre no había acudido al colegio ese día porque se encontraba enfermo, pero mis tíos Andrónico y Paquito se encontraban allí. Años después mi padre me contaba los recuerdos de aquel día, el miedo, el ruido de las bombas y las alarmantes noticias del bombardeo del colegio y como se quedaba con su madrina mientras a mi abuela la llevaban en un coche por la calle Academia, ignorante temerosa de la suerte que podían haber corrido sus hijos. Mi tía María Eugenia que entonces tendría cerca de quince años iba subida en el estribo del coche por fuera del mismo. Cuando llegaron frente al Liceo Escolar encontraron a mi tío Paquito lleno de polvo -¡pero ileso!- que les dijo que a su hermano lo habían llevado a la casa de socorro con una herida leve en la cabeza.

Foto:Agusti CentellesMás o menos esta es la tradición oral de los hechos de aquel desgraciado día que las fotos de Agustí Centelles inmortalizarían dando a conocer en todo el mundo el horror de la guerra y el drama de los bombardeos sobre la población civil. El fotógrafo se encontraba en la ciudad realizando un reportaje para la Generalitat y al presenciar el bombardeo fue testimonio con su cámara de los efectos del mismo.
Los restos del edificio serían derribados algún tiempo después, pero el solar permaneció como testigo de la desgracia hasta los años sesenta, dándome la oportunidad de ser también testigo indirecto de aquella parte de nuestra historia a través de aquellas conversaciones con mi madre.
Hasta hace bien poco era creencia popular que el bombardeo lo había efectuado la Legión Condor, y así puede aún leerse en muchas referencias en papel o en la red, como la propia página de la Paheria, pero el pasado día 05/06/2011 el diario La Manyana publicaba un artículo de Antonio Ruiz Mostany y de mi buen amigo Josep Pla en el que con la precisión y exactitud que le caracteriza, proporciona todos los datos de la misión, realizada por 9 aviones S.79 de las escuadrillas 289 y 280 del XXIX Grupo B.T.V. Aviación Legionaria que partieron de Soria y que bombardearon la ciudad, que estaba marcada como objetivo alternativo porque el primer objetivo, una fábrica de productos químicos en Flix, no podía verse debido a una capa de nubes.
Mis felicidades pues, a los autores del artículo por establecer de forma clara y gracias a una investigación rigurosa los hechos acaecidos aquel 2 de noviembre que también forman parte de la historia de mi familia.

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