Hace un tiempo estaba en el supermercado LIDL -dedicado al negocio de la bolsa- cuando vi una oferta a la que no pude resistirme. Se trataba de un pirograbador, un utensilio no muy diferente a un soldador eléctrico, con la particularidad de que lleva varias puntas intercambiables.
Hay muchas técnicas artísticas que me gustaría probar, pero normalmente eso supone acumular una serie de materiales y utensilios de dudosa rentabilidad. Tengo ganas, por ejemplo de hacer una escultura con hierro y soldadura electrógena, pero no creo que la realización de una sola obra justifique la adquisición de un equipo que no es barato. Y en la más optimista de las expectativas, no creo que fuera a dedicarme mucho tiempo a la escultura metálica.
Sin embargo el pirograbador atraía mi sentimiento artístico-pirómano desde los tiempos del instituto. El precio era realmente atractivo y ¡que narices: siempre podré reciclarlo como soldador eléctrico!. A pesar del entusiasmo, ha dormido en casa el sueño de los justos durante unos meses. En abril intenté crear unas pulseras decoradas a partir de unos palitos de exploración de la garganta (como los palitos de helado, pero algo más grandes) Pero el experimento fue un fracaso por otros motivos y los resultados de la decoración con el pirograbador, la verdad, tampoco fueron muy alentadores.
Este fin de semana mi hijo Roberto ha llegado con la lista de material que necesita para sus estudios. Entre este material había un tablero de contrachapado para apoyar el papel en sus salidas para tomar apuntes del natural. Como me ha visto ilusionado con el pirograbador me ha dado carta blanca para personalizar el tablero. Entre las diferentes propuestas he elegido una conservadora y solo he puesto su nombre.
También he hecho una interpretación de la mascota del Blog, Lo Marraco. El pirograbador o pirógrafo es una técnica que como otras llama a engaño. Su aparente sencillez no es tal ya que cuesta deslizar la punta sobre la superficie rugosa de la madera, la huella chamuscada no es siempre regular y los resultados, especialmente los errores, son irreversibles. Como en toda modalidad artesanal, lo importante es perseverar para conseguir el conocimiento del material y el utensilio y adquirir el dominio de la linea y la sombra de forma instintiva.
En cualquier caso para aquellos que no tengan pretensiones artísticas y simplemente quieran entretenerse, como yo, este entretenimiento e incluso la diversión, está garantizado.
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