Odio profundamente a los fabricantes y comerciantes que adhieren a sus productos etiquetas con un adhesivo imposible de limpiar, que frecuentemente daña el producto o lo deja sucio y afeado.
Me parece una burla al cliente que paga por el objeto fabricado, no por la etiqueta que lo estropea y envilece. Este desastre llega al paroxismo cuando la finalidad del objeto es fundamentalmente decorativa o su principal cualidad es su aspecto.
Esta pequeña caja metálica con apariencia de radio es muy barata, pero entre el fabricante con su código de barras y el vendedor (la cadena «Muy Mucho») con su etiqueta de seguridad garantizan una experiencia de compra desastrosa.
A pesar de que para limpiarlo usé un producto especializado, la superficie de la caja pierde su brillo y queda llena de pequeñas rayas que la invalidan como regalo navideño.
Al publicar esta reseña en Instagram y las fotos en Flickr, algunos amigos me sugirieron diferentes procedimientos para solucionar el problema. Cisco me recomienda un método a base de aceite, de cualquier tipo, que le ha funcionado donde los disolventes fracasaron. Al parecer el aceite es un buen disolvente de los pegamentos. Carlos me recomienda aplicar el secador muy de cerca antes de empezar a retirar la etiqueta. Elisabet me recomienda usar alcohol o acetona y rascar con cuidado para no estropear la caja.
Cuando el recipiente es de cristal, aunque tedioso, no suele ser problemático usar acetona, lavavajillas, cuchilla de rascador,… porque el vidrio lo resiste. El problema son estos productos que son de plástico o van pintados y no sabes si saltará la pintura, se rallará, se derretirá el material o la superficie quedará mate en lugar de brillante. Algo así pasa con el secador. Las decisiones siempre son arriesgadas. En definitiva que o te quedas con el precio puesto o te arriesgas a cargarte lo que compraste con tanta ilusión.
Desde Instagram, el usuario Luis Poda (@luispoda) comenta:
» Buenas Roberto (EnHoraBuena por tu arte), en aporte a «Etiquetas sucias» de tu blog, recomendarte las toallitas para bebes o las de WC, son mano de santo incluso para inoportunas salpicaduras de tinta. …»
Pues, gracias por la sugerencia y ya sabéis…