La idea inicial surge observando un vídeo del artista cinematgráfico Harmony Korine que traza en una pizarra blanca rayas que unen puntos con un rotulador después de realizar un gráfico sin orden ni concierto en cada punto añade una palabra, dando ideas de una forma absurda o quizás poética al fin y al cabo creativa.
He llegado a ver este vídeo por qué se encuentra en un artículo del escritor Austin Kleon, del que he visto unos dibujos en Pinterest que me han llamado la atención y que expresaban en pensamiento visual sus impresiones sobre la feria SXSW, evento cultural extendido desde Texas a otras partes del mundo. El inicial no ha resultado muy interesante pero de ese artículo he saltado a este otro en el mismo blog. Habla de las páginas matutinas, la costumbre de escribir tres páginas sobre cualquier cosa con las primeras ideas que te vengan a la mente nada más despertarte, recogiendo una idea de Claudia Cameron en su libro «El camino del artista«. La idea me ha producido una gran impresión, pues sin haber leído a C.Cameron, eso es más o menos lo que yo he hecho durante años con mis cuadernos para usar las plumas entintadas y que no se sequen por falta de uso: tomo el cuaderno y escribo cualquier cosa, pueden ser unas frases sin sentido, un pensamiento profundo un desahogo iracundo o un resumen del día.
Austin es también autor de varios libros. He ido hasta la librería online gigantesca como el caudaloso río y he leído los resúmenes. Hay, aparentemente, uno inicial y sus secuelas. Como suele ocurrir, el inicial, titulado «Roba como un Artista» tiene un resumen muy ilustrativo que incluye una lista de «las diez cosas que necesitas para desatar tu creatividad«. Sin duda está lleno de ideas originales e inspiradoras y me lo he anotado para leerlo completo en el futuro (algún día quizás).El video de Harmony Korine me ha llevado a pensar en los papeles que diseño e imprimo para forrar los cuadernos que encuaderno de forma artesanal.
Usando Inkscape he diseñado uno a partir de la idea de puntos unidos por líneas que se ramifican aleatoriamente. He empezado por crear una figura para imprimir en un A4, pero enseguida he pensado en ajustarla para poder hacer un diseño teselar y uniendo cuatro abarcar la superficie de un A2. Pero al ver el diseño en esa malla de cuatro he creído necesario romper las pautas de repetición y hacer modificaciones, aquí y allá, para que la nueva figura ofrezca un aspecto aún más caótico.
En la reseña de uno de sus libros he leído sobre A.Kleon que «da conferencias para TEDx» y he pensado que sería interesante ver alguna de ellas. No lo he encontrado, así que después de ver cuatro videos de TEDx en Español sobre Lettering, Matemáticas, Improvisación y nuestra visión del mundo, he vuelto a la idea de los puntos conectados.
Eso me ha llevado, no a esa especie de poesía caótica de Harmony, sino a una visión plástica del diseño como una especie de garabato de llamada telefónica, eso que en inglés llaman «doodle«.
Sin pensarlo más, he tomado mi cuaderno pequeño y he trazado un diseño a lápiz que luego he pasado a tinta y he pintado con acuarelas. Mientras lo hacía, las ideas iban pasando por mi cabeza, enlazadas de una forma tan aleatoria como los puntos se unían con las líneas.
La primera intención era de orden y planificación: boceto a lápiz, regla y plantilla para hacer todos los círculos del mismo tamaño. Sin embargo sobre la marcha han desaparecido las reglas y al pasarlos tinta las normas ya no eran importantes, me daba cuenta que mientras dibujaba iba estableciendo paralelismos entre el dibujo que estaba trazando y mi sistema de pensamiento, como ideas que en principio no parecen afines encuentran una conexión inesperada, como un movimiento de la mano hace que abandone una conexión que había creado en el boceto porque la unión ya no parecería perfecta o como la realidad impone uniones aparentemente erróneas, como varía el ancho, la firmeza y el trazado de los nexos y las uniones y el diseño de los detallas influye en lo general si te apartas y observas el conjunto.
En general como dejando fluir las ideas libremente, sin juzgarlas antes de que estén sobre el papel puedes reunir un material para recombinar, organizar o desechar sin la presión de pensar al trazar cada línea al formular cada pensamiento si aisladamente es perfecto, pero sobre todo, aceptable, es decir sin ejercer la peor de las censuras, que es la de nuestra propia vergüenza.
No se puede crear libremente con la preocupación o la obligación de ser perfecto por que la creación es libertad y la libertad no puede tener límites en la obligación de trazar las líneas según el plan original.
La creatividad no es ceñirse a un menú y ajustarse a él, sino el placer de elegir, entre un banquete de ideas, las que más nos apetecen en ese momento, sin dejarse apremiar por el ansia de probarlo todo, por la necesidad de alimentarse o por las normas sobre el orden y las mezclas apropiadas de los manjares.
Después de esta especie de revelación, he entendido que debía dejar constancia de ella y dictando al teléfono en su mayor parte y también golpeando con un solo dedo sobre el minúsculo y maldito teclado, he escrito esto, para recordarlo y también con la esperanza de que pueda serle útil a alguien más.