Consuecuente con la política de ‘Guerra de Guerrillas’ aconsejada en un artículo anterior, hoy hemos dado un ‘golpe de mano’ en Carrefour.
Aquellas almas sensibles y los ciudadanos amantes de la ley y el orden pueden seguir leyendo con la garantía de que no verán comprometidas sus conciencias ya que se trata, a pesar del símil guerrero, de un acto incruento, completamente dentro de la legalidad y la moralidad.
Hemos ido a Carrefour a devolver una vajilla que compramos el otro día, por la sencilla razón de que no nos cabía en el armario de la cocina. Los platos llanos eran demasiado grandes, o nuestro armario demasiado pequeño, según se mire. Y tienen garantia de satisfacción, así que la hemos usado.
Nuestro comportamiento ha sido todo lo predecible que indican las técnicas de estudio de mercado (barbarismo: marketing) y después de solucionar ese tema hemos entrado a comprar.
Mira por donde, resulta que el otro día perdimos cinco minutos reclamando por unos yogures que estaban a 2,05 y nos querían cobrar a 2,25. Habían subido, pero como se habían dejado el cartel de 2,05 nos devolvieron el dinero. Hoy seguía el cartel a 2,05 y solo quedaba un conjunto de cuatro unidades, pero en aplicación de la táctica de guerrillas lo hemos cogido y naturalmente hemos reclamado, comprobación y…lo hemos pagado a 2,05. ¿Solo veinte céntimos? ¡No!, es una cuestión de principios. Carrefour, como otras empresas grandes, no pierde ninguna oportunidad de arañarte un céntimo, tú tampoco debes hacerlo, sobre todo cuando la ley y la razón te acompañan.